Uno de los pilares para un buen cultivo sostenible es comprender cómo funciona el suelo, al menos, mínimamente. El problema es que se trata de un tema técnico y bastante complejo, áspero en su primera aproximación. Lo que solemos hacer cuando vemos una planta en mal estado (rosales en el caso que nos ocupa) es fumigar y abonar, porque 'algo se solucionará'....Me recuerda lo que siempre nos contaba un profesor de Dirección General que tuve hace años: decía que muchos gerentes solucionan problemas como los jugadores de golf que tiran al aire una brizna de hierba para ver de dónde viene el viento, sin preguntarse sobre los orígenes de los problemas y, así, poder solucionarlos mejor....porque, problema que no se soluciona bien, problema que vuelve una y otra vez.
Además de plantas saludables, un suelo saludable da menos trabajo al jardinero, es decir, hablamos de sostenibilidad ambiental, pero también personal, otro gran asunto, el de la capacidad personal, que ya tocamos y al que volveremos.
Le he pedido a una profesional experta en el tema, mi amiga Llosona del blog Paisaje Vegetal, una ayudita, para tener un punto de partida sencillo del que echar mano. Y me ha enviado un decálogo, que, me insiste, no es un tratado de edafología, sino una guía para los aficionados al jardín. Es decir, justo lo que necesitamos jejeje. Vamos a ello.
Los dos primeros puntos se refieren a la observación del punto de partida que tenemos.1. Ubicación geográfica: microclima, orografía, vientos dominantes, heladas. Estudio e instalación de setos, que evitan la erosión y favorecen la fauna beneficiosa para el control de plagas.
2.Historia previa del suelo: si ha tenido o no riego y laboreo. Estudio del drenaje.
Los siguientes puntos se refieren al planteamiento que debemos llevar a cabo para convertir nuestro punto de partida en un vergel a dos años vista.
3. Análisis del suelo: estudios, texturas, y también observaciones simples y plantas indicadoras.
4. Laboreo de fondo-tempero, antes de plantar. El tempero busca la temperatura ideal del suelo para que no pierda plasticidad. Una labor profunda en vertical con un arado de desfonde, sin volteo de capas.5. Selección de variedades/cultivares que mejor se adapten a las condiciones.6. Enmiendas correctoras necesarias (en función de los resultados del análisis). Provisión de insumos: necesitaremos materia orgánica, y lombrices.