Tom Kane es el hombre más despiadado que uno se puede llegar a encontrar, su malicia no tiene limites y por el propio peso del poder, llega hacer cosas que el no cree y que le lleguen a rechinar los dientes. Esto último solo lo llega a calmar el poder seguir sentado en el despacho desde donde se desarrolla todas sus operaciones, legales... e ilegales. Pero la vida no le llega a ser tan placida y una doctora le diagnostica una grave enfermedad llamada DLB (demencia de cuerpos de lewy), una enfermedad degenerativa que no tiene cura y que le ira atrofiando su cerebro poco a poco. En ese momento todo el mundo se le volverá de una forma que antes no había llegado a imaginar, pero no para bien. En su propia agonía de querer controlarlo todo, da el espaldarazo a Mac Cullen dentro de su re-elección para gobernador por Illinois, para introducir a una joven promesa, pretendiéndola tener como a una marioneta que la maneje a su antojo. Tom Kane mantendrá en secreto su enfermedad, comprando a escondidas la medicina, como si de un secreto de estado fuera, aunque su propios ayudantes poco a poco irán notando cosas fuera de lo común en el estado del alcalde.
Con una mujer que desprecia, una hija heroinómana que trabaja en una enfermería y que solo quera entablar una relación con ella después de enterarse de su enfermedad. El alcalde Tom Kane es de una tez muy dura, muy arrogante, mostrando a un hombre de poder que no farfulla ante nada ni ante nadie, y que no consiente ni un mínimo error. Metido en cuerpo y alma en su trabajo, pero no un trabajo limpio, sino controlador, que buscara el peso de su poder al coste que sea, corrompido hasta las cejas, trata a sus allegados y a sus opositores, como un mafioso trataba a sus competidores. Pero a mayor mano dura sobre sus opositores, y sobretodo el Gobernador Mac Cullen ira a por el directamente, intentando destruirle a toda costa, pero ¿que pasaría si se llegaran a enterar de su enfermedad?. Ahora ni los malos son tan buenos, pero el antiguo jefe y el que les apoyaba para mantener su poder, ahora tampoco es la perfecta victima.