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Planteamiento de la CIA contra Venezuela
Durante su presentación, el jefe de la CIA habló de varios casos en los que la CIA trabaja intensamente al lado del Consejo de Seguridad Nacional de Donald Trump, en el que otros actores de peso como H.R. McMaster imponen los lineamientos políticos de la administración. Fue específico en que una amenaza emergente a la seguridad estadounidense son los “riesgos políticos en América Latina”, por lo que la CIA “trabaja diligentemente para resolver los problemas en Venezuela”. No asomó más detalles en torno al país. De hecho, la mayoría de la temática asumida en el conversatorio estuvo enfocada en la tensión nuclear con Corea del Norte y los conflictos de Medio Oriente en los que EEUU se encuentra inmerso. Anteriormente, en julio de 2017, Pompeo declaró en el Foro de Seguridad del Aspen Institute que la CIA trabajaba coordinadamente con los gobiernos de México y Colombia para un cambio de régimen en Venezuela. Un mes después, en una entrevista con Fox News, dijo que “Venezuela podría convertirse en un riesgo para EEUU. Los cubanos están allí; los rusos están allí; los iraníes y Hezbolá están allí”. Lo que colude con lo que dijo en el foro de American Enterprise Institute, donde fue bastante expresivo al afirmar que las nuevas amenazas a enfrentar son sobre todo actores no-estatales, y nombró a Hezbolá, al-Qaeda (organización que EEUU apoya de manera encubierta) y WikiLeaks. Los medios internacionales que responden a las matrices del Departamento de Estado y las agencias de inteligencia estadounidenses venden el relato de que Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y otros dirigentes chavistas forman parte de un cártel de narcotraficantes corruptos enquistados en el poder ejecutivo venezolano, que reprime y viola los más fundamentales derechos humanos y democráticos. Esto sin prueba alguna y manipulando hechos e indicios que apuntaran directamente al Gobierno Bolivariano como parte estratégica de la operación de cambio de régimen que intentan ciertos poderes occidentales aplicar en Venezuela. Tal vez por ello fue bienvenida la asistencia y participación como asistente al foro con el jefe de la CIA de Roger Noriega, que apoyó a la Contra nicaragüense con armas gracias al tráfico de drogas en la década de 1980, puesto que este ex diplomático del gobierno de George W. Bush, quien tiene años intentando crear un consenso dentro del establishment estadounidense para atacar con más agresividad a Venezuela, preguntó a Pompeo si la CIA posee información puntual sobre las organizaciones criminales transnacionales, sobre todo grandes carteles de estupefacientes ilegales, que influyen “en la destrucción de Venezuela”, refiriéndose por inferencia al chavismo. Noriega también mencionó que era importante conocer la raíz de las redes financieras por las que supuestamente canalizan el dinero el “régimen de Maduro”, pues uno de los objetivos de los EEUU -a su juicio- tiene que ser la recuperación de activos, unos 350 mil millones de dólares (un número claramente especulativo), “para devolvérselos al pueblo de Venezuela”. Ante la participación de uno de los protagonistas del célebre caso Irán-Contra, destapado por el periodista Gary Webb, en el que la CIA también estaba involucrado, Pompeo respondió que no tenían esa información “al nivel necesario”, sin embargo siguen trabajando en ello para poder cumplir con las expectativas señaladas por Noriega. Más allá de todo el prontuario que la CIA tiene en su historial de injerencias, terrorismo, asesinatos, a la vista saltan dos datos en torno a la agencia de espionaje estadounidense: 1) Mike Pompeo forma parte del equipo de confianza de Donald Trump, quien intenta atraer las acciones y planes de la CIA a su resguardo en miras a la estrategia de política exterior de su administración (según analistas como Thierry Meyssan); y 2) a diferencia de las décadas pasadas, la CIA ya no encubre sus operaciones sino que emite, a través de su vocería principal, los planteamientos en curso sobre asuntos de interés estratégico para el gobierno de los EEUU. Venezuela está en la mira de la CIA, y hace todo lo posible para crear las condiciones que posibiliten un cambio de régimen en un contexto donde los interlocutores locales (la oposición venezolana) se encuentran divididos y debilitados en el campo político y electoral, sin ninguna fuerza que imponer al chavismo. Por ello EEUU toma las cartas de sus asuntos, desplaza al antichavismo interno y opera a la vista de todos con el fin de caotizar el país vía asfixia económica y financiera, con miras a un derrocamiento del Gobierno de Nicolás Maduro. Anuncios &b; &b;