El JRPG y la espada que protege

Publicado el 28 febrero 2013 por Mugen

En Zehngames debatían este fin de semana acerca de esa “J” que parece perdida en el término “JRPG” ¿Se ha perdido la esencia? ¿Qué ha cambiado de una generación a otra? ¿Necesita el género una renovación? Analicemos la situación desde uno de sus rasgos más característicos: la manera de enfocar las luchas 

Si pensamos en JRPG se nos ha de venir a la mente una aventura serena, reflexiva. Un paseo por la naturaleza, una historia de amistad y de respeto hacia todo lo que nos rodea. Este espíritu se transmite al propio modo de pelear de este género: el sistema de combates por turnos. Es cierto que su nacimiento tiene mucho de las limitaciones con las que partió el rol nipón interactivo, siendo una ingeniosa manera de permitirnos realizar numerosas acciones sin currarse demasiadas animaciones. Sin embargo, se ha acabado transformando en un stándard y en un referente de lo japonés.

No es extraño que se relaciones los combates por turnos con el JRPG y con Japón en sí. Pensad en los referentes que nos han llegado de la manera de combatir de la isla de corazón rojo: los samurais, los luchadores de Sumo, los karatekas, etc. Recordad cómo estos inician la batalla ¿se lanza un combatiente contra el otro? no, se saludan, se disponen en el cuadrilatero en paz y armonía y se sumergen en una pelea en la que acaba ganando el más ducho. La preparación es muy similar a la de un combate por turnos. Nos encontramos con un enemigo en el campo, cambia la escena, nos miramos los unos a los otros e iniciamos la pelea. Viéndolo así, resulta lógico que los japoneses se encuentren tan cómodos con este sistema jugable, que es capaz de representar el respeto que se respira en sus artes marciales. Hasta parece que los tiempos de ataque y otras limitaciones son el propio “Bushido”, un código similar al que obligaba a los samurais a no atacar al guerrero desarmado, a aquel que estuviera tendido en el suelo, etc, etc.

La hegemonía japonesa en el campo del rol era indiscutible, hasta esta generación.  Steam se ha popularizado, la compañía de Microsoft se ha posicionado fantásticamente y estudios como Bioware o Bethesda han demostrado otro modo de hacer rol, uno que funciona a las mil maravillas.

Este aperturismo del jugador a la occidental, apartado su mirada de oriene, me recuerda mucho a lo retratado en Rurouni Kenshin con la llegada de la era Meiji. Los samurais dejaron de poder portar katanas, llegaron las armas europeas e incluso la arquitectura y la moda perdió su toque nipón característico. Tal como se ve en el manga de Nobuhiro Watsuki (cuya película live action es una maravilla), esto suscitó que los samurais y sus anticuados modos les llevaran al “paro”, a pasar hambre y a trabajar de vulgares matones. Algo similar le ha sucedido al JRPG con el boom americano y europeo en esto de los videojuegos.

Perdidos y asustados de lo nuevo que llegó allende de sus fronteras perdieron el norte, necesitando incluir más acción en sus peleas, retorcer el concepto hasta casi difuminarlo.  Así llegaron despropósitos como los enfrentamientos del Final Fantasy XIII, que sólo presagiaban un cambio estúpido en el resto de los conceptos del JRPG ¿dónde quedaron aquellas interesantísimas peleas de Final Fantasy VIII, FF X o Chrono Trigger?

Nos hemos comido una generación entera con un género, quizás el más amado por el jugador clásico, acomplejado de su propia esencia. El eliminar el bushido de sus historias, les condujo a olvidar la magia de sus historias e incluso “lo bonito” de sus tramas, sí, lineales. Sin embargo, parece que las aguas vuelven a su cauce. Con Ni no Kuni, de la mano de Level 5, parece que los japoneses han decidido dejar de sentir complejo, de sentirse inferiores y torpes y volver a amar su propio camino. Como Kenshin, es necesario volver a “la espada que protege”, dejar de querer atacar a occidente, sentarse en la esquina de un dojo y volver a relajarse.

Con el título de Level 5 Se ha vuelto a tomar conciencia de la importancia de la tradición, con ellos comandando el buque de un género que no debe caer en el olvido podemos atisbar esperanza con la saga Persona y el nuevo y potentísimo Fire Emblem de 3DS, sin olvidarnos de los únicos que han conseguido conjugar la magia oriental, su paz, su calma, su trama única con el combate activo y la libertad occidental: From Software con su sello Dark.

Con todo, se forjará un nuevo bushido y dos caminos se abrirán, esperamos que, por fin, ya con las ideas claras. Y de corazón espero que los que siempre fueron grandes sepan construir con sus fallos y todo lo aprendido una nueva fantasía final.