El jubileo en la historia

Por Joseantoniobenito

 EL JUBILEO EN LA HISTORIA

  

Estamos viviendo un jubileo extraordinario, el del año de la misericordia, Esto nos habla que hay jubileos "ordinarios", efectivamente, los que se celebran actualmente cada 25 años. Les comparto apuntes acerca del significado de este importante acontecimiento en la historia de la Iglesia. 

Pocos cuadros modernos tan impactantes como el ángelus de Millet. En medio de la trepidante modernización, rescata la paz de la aldea; en la galopante temporalidad del momento que se fuga, nos introduce en la calma de la eternidad. Es como la chispa divina del momento presente, el aquí y ahora densos en que todo es gracia, porque, desde la encarnación todo es sagrado.

La propia contemplación de la panorámica de la plaza de San Pedro es una invitación a peregrinar por la historia del Jubileo, según el "estupendo arte de la santidad". La cúpula de Miguel Ángel vista desde el exterior, parece diseñar una curva del cielo sobre la comunidad recogida en oración, como si simbolizara el amor con que Dios se acerca a ella; contemplada desde el interior, en su vertiginoso impulso hacia lo alto, evoca el encanto y al mismo tiempo el esfuerzo de elevarse hacia el encuentro pleno con Dios. Si parece difícil, no estamos solos, la Iglesia actúa como madre de cada uno de nosotros; los brazos majestuosos de la columnata de Bernini son siempre maternos, se abren a la humanidad entera; "todo miembro de la Iglesia, acogido en ellos, puede sentirse aliviado en su paso de peregrino, en camino hacia la patria" (Jubileo de los artistas 18-II-2000).

El Jubileo es un tiempo de júbilo, de alegría, en el que la Iglesia invita a todos a la alegría y se esfuerza por crear las condiciones para que la salvación pueda llegar a todos.

En el Antiguo Testamento era un tiempo dedicado particularmente a Dios, cada 7 años (año sabático) y cada 50 (año jubilar), en el que se dejaba reposar la tierra, se liberaban los esclavos y cada uno recobraba su propiedad y regresaba con su familia. Era, por tanto, un año de júbilo y gozo porque volvía a implantarse la justicia para todos y la misericordia para los débiles. Como señalaba San Gregorio Magno la Iglesia es como una inmensa red de pesca que congrega toda clase de peces, puesto que "brinda el perdón de los pecados a los sabios e ignorantes, a los libres y a los esclavos, a los ricos y a los pobres, a los fuertes y a los débiles".

En la Historia de la Iglesia, el Jubileo ha sido un año de gracia, de perdón de la culpa y la pena por los pecados, año de reconciliación entre los adversarios y de múltiples conversiones, y, sobre, todo de obtener la indulgencia plenaria.

A lo largo de todos los tiempos, la humanidad ha sentido la necesidad de "comenzar de nuevo", de cortar con "el hombre viejo" y comenzar "el hombre nuevo". Lo vivió con intensidad el cristianismo primitivo, fiel a la gran "novedad de vida" por la que cada bautizado, muere al pecado y resucita -en Cristo- a la vida de la gracia (Rom 6, 4). El drástico abandono de la vida pasada y el comienzo de una vida nueva será vivenciado especialmente por los monjes del Desierto desde el siglo IV, al finalizar la era de los mártires (año 313).

Al caer los Santos Lugares en poder de los turcos musulmanes, los cristianos que toman parte en el ejército de las Cruzadas para liberar Tierra Santa (en España se dio con la Reconquista) se adueñan de ese espíritu penitencial para obtener la remisión plena de los pecados. De hecho el Papa concedió la indulgencia plenaria a los aguerridos protagonistas; también -por la Bula de Cruzada- a cuantos no pudiendo participar directamente cooperaban con una limosna.

A finales del siglo XIII confluyeron diversas circunstancias:

1. Crispación político debido a las guerras entre Francia e Inglaterra; lucha por la hegemonía comercial con Oriente entre Venecia, Génova y Pisa; se violentan los bienes y las personas eclesiásticas en Dinamarca, Portugal, Inglaterra y Francia.

2. Situación de temor e incertidumbre ante el cambio de siglo; ambiente milenarista que suscitaba en la gente el deseo de superación y penitencia.

3. Búsqueda de indulgencias que solía conceder el Papa cuantos practicaban ciertos ejercicios de piedad.

4. Tradición peregrinante a Roma (romeros), Santiago de Compostela (jacobeos) y, sobre todo, a Jerusalén (palmeros, pues regresaban con una palma, símbolo de santidad) para buscar las huellas del Señor.

A fines del siglo XIII se cortó la posibilidad de ir a Tierra Santa, al caer en 1291 el último bastión de los cruzados, San Juan de Acre. De igual modo, las peleas entre reyes cristianos y la invasión árabe en España, dificultan el Camino de Santiago. Por esta razón, los peregrinos se lanzan sobre Roma, capital de la cristiandad.

Según el cómputo romano, los años comenzaban a contarse desde el día de Navidad. En torno al 25 de diciembre de 1299 comienza a difundirse entre romanos y peregrinos la noticia de una general amnistía de los pecados a quienes visitasen las basílicas papales. Tal bulo se propala rapidísimamente y el uno de enero de 1300 se congrega una gran multitud en la Ciudad Eterna clamando por la indulgencia. El Papa Bonifacio VIII, impresionado por la espectáculo, publicó el 22 de febrero, fiesta de la Cátedra de San Pedro, la bula Antiquorum habet fida relatio por la que anunciaba que cada cien años se proclamaría un jubileo universal con liberación de culpas y penas para cuantos, habiéndose confesado, visitasen (30 veces los romanos, 15 los extranjeros) las basílicas de San Pedro y San Pablo. Aduce el testimonio de gente anciana, como el de un saboyano de 107 años, que recordaban haber existido tal gracia en el siglo anterior.

La resonancia fue impresionante y movió a miles de peregrinos a acudir a Roma por el sólo deseo de ganar la indulgencia plenaria y de quedarse limpio de toda culpa. El Papa encauzó el entusiasmo popular, establecido que en los centenarios se podrían ganar la indulgencia plenaria mediante la confesión y la visita a las basílicas de San Pedro y San Pablo. El propio papa organizó el hospedaje y abastecimiento, abriendo una nueva puerta en las murallas e imponiendo direcciones únicas en el puente S. Angelo, paso obligado para atravesar el Tíber, tal como describe Dante en La Divina Comedia:

" Tal como en Roma la gran muchedumbre,

del año jubilar, allí en el puente

precisa de cruzar en doble vía,

que por un lado todos van de cara

hacia el castillo y a San Pedro marchan;

y de otro lado marchan hacia el monte" (Infierno 18, 28-33).

A partir de la fecha se convocarán los jubileos mayores, ordinarios (Año Santo) cada 50, 33 0 25 años y los menores o extraordinarios, concedidos por algún motivo o circunstancia, fuera de la periodicidad marcada. Existen además los jubileos particulares, concedidos a alguna localidad, santuario u orden religiosa, o con ocasión de eventos tales como congresos eucarísticos, efemérides (centenario de la presencia de una institución en un lugar...).

. De singular importancia es el Jacobeo, en Santiago de Compostela, desde 1122, siempre que la fiesta del apóstol Santiago el Mayor -25 de julio- coincida con el domingo. El de 1999 fue el número 117.

Anotamos a continuación un cuadro sinóptico de los jubileos ordinarios (van con el número correspondiente) y los extraordinarios.

Año

Papa

Contenido

1

1300

Bonifacio VIII

Primer año santo documentado.

2

1350

Clemente VI

Desde Aviñón, el Papa dispone que el Jubileo se celebre cada 50 años y se visiten San Pedro, San Pablo y San Juan de Letrán. El poeta Petrarca pidió al Papa que volviese a Roma y anticipase el Año Santo, en función de la brevedad de la vida humana y la costumbre judía. Fue el único jubileo que no contó con la presencia del Papa. Entre los ilustres estuvieron: Petrarca y Santa Brígida de Suecia.

3

1390

Urbano VI-Bonifacio IX

Se celebrará cada 33 años. Lo adelanta para celebrar el regreso del papa a Roma desde Aviñón. Concedió las mismas indulgencias a quienes visitasen iglesias de otras naciones, siempre que se entregase a Roma idéntica limosna. Bajó el número de peregrinos por el Cisma de Occidente.

4

1400

Bonifacio IX

Se concedió la indulgencia a quienes visitasen 10 iglesias durante 10 días. Subió el número de peregrinos al abandonar la obediencia de Benedicto XIII, papa de Aviñón.

5

1423

Martín V

Había que visitar San Pedro, San Pablo, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor. El Papa introdujo las novedades de acuñar una medalla conmemorativa y abrir la puerta santa en San Juan de Letrán.

6

1450

Nicolás V

Fue el primer papa que visitó las cuatro basílicas a pie y descalzo. Recobró el brillo del primer jubileo. Fue canonizado San Bernardino de Siena; con tal motivo vinieron miles de franciscanos como San Juan de Capistrano, San Diego de Alcalá, San Pedro Regalado. También Santa Rita de Casia. Gracias a las grandes limosnas se levantaron edificios y compraron documentos que iniciaron la Biblioteca Vaticana.

7

1475

Sixto IV

Por vez primera se habla de las "cuatro basílicas". En este tiempo trabajaron en Roma artistas de talla como Verrochio, Botticelli. Roma mejoró notablemente en sus calles, puentes, iglesias. El papa concedió la indulgencia fuera de Roma.

8

1500

Alejandro VI

Se comenzó con la solemne apertura de la Puerta Santa. Hubo muchas celebraciones eclesiásticas presididas por el papa. Entre los peregrinos ilustres estuvo Nicolás Copérnico quien dio lecciones de matemáticas en la Universidad de La Sapienza. El Papa concedió la indulgencia a quienes no pudiesen ira Roma, mediante ciertas penitencias y visitas a iglesias marcadas, también con la limosna para la Bula de la Santa Cruzada. Por vez primera, al terminar el Jubileo en Roma, se extendió a todo el mundo.

9

1525

Clemente VII

Restablece la costumbre de representar en el Coliseo el drama de la Pasión del Señor. Menos gente por las guerras en Italia y el Luteranismo. Asiste Santa Ángela de Merici.

10

1550

Pablo II-

Julio III

La Cámara Apostólica debió intervenir para decretar contra el incremento de alquileres en el Jubileo. Los peregrinos sobrepasan el millón. Asisten San Francisco de Borja, San Ignacio de Loyola, Miguel Ángel Buonarotti, San Felipe Neri (fundó en Roma la Confraternidad de la Santísima Trinidad de los Peregrinos para acoger a los romeros.

11

1575

Gregorio XIII

Famosos predicadores (Francisco de Toledo, S.J., P. Lobo, capuchino) dan misiones populares sobre el Jubileo. El papa invitó a muchos reyes a que vinieron. Asisten los pueblos árabes, armenios y sirios; se vigila el pase de libros sospechosos que figurasen en el Indice de Libros Prohibidos. Asisten San Felipe Neri, el poeta Torcuato Tasso, San Carlos Borromeo (tras un mes en Roma, lo celebra en Milán en 1576).

12

1600

Clemente VIII

Decreta contra el alza de alquileres. Para ganar la indulgencia se deben hacer visitas de iglesias los extranjeros y treinta los romanos. El papa hizo 60 visitas a iglesias, lavó los pies a peregrinos pobres y los convidó a su mesa. Los grupos de romeros los recibía en el Patio de Belvedere. Compró una casa para alojar a obispos y clérigos durante los años santos. Acude San Roberto Belarmino y Baronio.

13

1622

1625

Gregorio XV

Urbano VIII

1622. Jubileo por las necesidades de la Iglesia turbada por la Guerra de los Treinta Años. Canonizados: San Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Teresa de Jesús, Isidro labrador y Felipe Neri.

El papa, tras visitar por cuarta vez las cuatro basílicas, procedió a tapiar la Puerta Santa de San Pedro por su propia mano. Se publican las primeras guías de peregrinos. El 18 de noviembre de 1626 fue inaugurada la nueva basílica de San Pedro del Vaticano.

14

1650

Inocencio X

Gracias a la obra de los artistas Bernini y Borromini, se celebra con gran pompa barroca. Tal fue el adorno de la Plaza Navona para la procesión de la Confraternidad Española de la Resurrección. Conversiones públicas de quienes habían abandonado las prácticas religiosas y gran número de hebreos, turcos y renegados. Personajes de la política, al igual que los papas, dan muestras de penitencia y devoción.

15

1675

Clemente X

El papa impone el toque de campanas de la Urbe durante los tres días consecutivos precedentes a la Navidad de 1674. Asiste a la apertura la reina Cristina de Suecia.

16

1700

Inocencio XII-

Clemente XI

A pesar de la Guerra de Sucesión Española, puede celebrarse. El 26 de noviembre de 1700 se desbordó el Tíber por lo que sustituye la visita a san Pablo Extramuros por la de Santa María in Trastevere. Muere el Papa Inocencio XII ese mismo día, sucediéndole Clemente XI.

17

1725

Benedicto XIII

El papa, entusiasta de las manifestaciones religiosas, participó personalmente en la visita a las cuatro basílicas. Como dato curioso, el papa, ante la plaga de grillos, pronunció solemne anatema en San Juan de Letrán. En el marco del jubileo, se celebró un importante concilio provincial después de Pascua. Fueron canonizados Santo Toribio de Mogrovejo, Francisco Solano, Juan de la Cruz, Luis Gonzaga, Estanislao de Kostka, Juan Nepomuceno, Juan de Sahagún. Se inauguró la Plaza de España con rampas de doce gradas cada una y gran movimiento escenográfico. Fueron rescatados 370 esclavos de Túnez, peregrinos en Roma, con limosnas jubilares.

18

1750

Benedicto XIV

Gran predicador San Leonardo de Puerto Mauricio. El papa instituyó la congregación de cardenales y prelados para el Año Santo. La Magistratura romana concede permiso para erigir el "Viacrucis" en el Coliseo, colocándose 14 capillas para las estaciones y una gran cruz en la arena. El papa hizo 8 días de Ejercicios Espirituales en la iglesia de San Ignacio. Concedió indulgencias a quienes visitasen la Basílica de Guadalupe en México. Voltaire, amigo del Papa, escribirá irónico: "Un jubileo más y se acabó la filosofía".

19

1775

Clemente XIV-

Pío VI

Muere el Papa que convoca y es elegido Pío VI. Se publicó un Breve por el cual los religiosos apóstatas no serían castigados si volvían a su Orden durante el Jubileo. Se extiende el Jubileo a todo el mundo.

20

1825

1829

1846

1851

1854

1865

1869

León XII

Pío VIII

Pío IX

Pío IX

Pío IX

Pío IX

Pío IX

El motivo era dar gracias por haber salido la Iglesia triunfante de tantos peligros y como expiación por los abusos cometidos por los gobiernos. Fue preparado cuidadosamente mediante misiones populares. Se suprimieron los carnavales. Los nuevos medios de transporte favorecieron la peregrinación asistida por la Archicofradía de la Santísima Trinidad. Se extendió a todos los pueblos.

Del 28 de junio al 12 de julio de 1829, con visita a San Juan de Letrán o Santa María la Mayor.

Con motivo de su exaltación al trono pontificio, por tres semanas.

En sustitución al que debería haberse celebrado en 1850 y que no tuvo lugar por el exilio del Papa.

Por tres meses y para orar sobre la conveniencia de la proclamación del dogma de la Inmaculada.

Por el aniversario de la definición dogmática de la Inmaculada, durante un mes.

Con ocasión del Concilio Vaticano I en 1869-1870.

21

1875

1879

Pío IX

León XIII

En 1850 no hubo por estar desterrado Pío IX en Nápoles. Las condiciones fueron visitar las cuatro basílicas mayores de Roma o las cuatro designadas en cada diócesis por el obispo, la confesión y comunión y rezar por las intenciones del Papa. Por vez primera vienen de Nueva York. Se usa el ferrocarril.

Por la elección papal.

22

1900

León XIII

En 1896 se nombra una Comisión permanente para el Jubileo. Condiciones: confesión y comunión, visita de las cuatro basílicas (10 visitas a cada una de ellas). En la apertura asistió el Cuerpo Diplomático en pleno de casi todos los gobiernos europeos. Las medidas de seguridad fueron extremas por estar el Papa en territorio "extranjero" (estaba en marcha la Unificación de Italia). Ya hay luz eléctrica y por vez primera se usan billete para la entrada a los actos. Los peregrinos superan los 3 millones. Se hace la consagración de la humanidad al Corazón de Jesús. Seis beatificaciones y dos canonizaciones (San Juan Bautista de la Salle y Santa Rita).

Se extendió al mundo la celebración.

23

1925

1929

Pío XI

Pío XI

Los objetivos eran afianzar la paz, el regreso a la Iglesia de todos los grupos disidentes, arreglo de la cuestión de Palestina conforme el derecho canónico. Se preparó la "Exposición Vaticana de Misiones". Se clausuró con la institución de la fiesta de Cristo Rey. Canonizados: Pedro Canisio, Juan María Vianney (Cura de Ars), Teresita del Niño Jesús; beatificada Bernardette Soubirous. Grandes celebraciones favorecidas por el estado italiano.

Se extendió a todo el mundo.

Por las bodas de oro sacerdotales del Papa.

24

1933

Pío XI

Aniversario de la Redención. Canonización de Roberto Belarmino, Alberto Magno, Juan Bosco. Se extiende a todo el mundo.

25

1950

1954

1967

Pío XII

Pío XII

Pablo VI

Se busca la concordia entre los pueblos. Gracias a los "Pactos de Letrán" (acuerdos Iglesia-Estado), el Papa puede volver a visitar las cuatro basílicas mayores como en 1875. El 1 de noviembre de 1950 fue proclamado el dogma de la Asunción de la Virgen. Se organizan numerosos congresos. Canonizados: Antonio María Claret, María Goretti. Beatos: Vicenta María López Vicuña, Domingo Savio.

Acuden a Roma ex combatientes de todo el mundo y padres de caídos en las guerras. La aviación favorece la visita. La industria de recuerdos facilitó la producción masiva de recuerdos religiosos.

Se extiende a todo el mundo.

Año Jubilar Mariano para conmemorar el centenario del dogma de la Inmaculada.

"Año de la fe" para recordar el martirio de San Pedro y San Pablo.

26

1975

Pablo VI

Comité internacional para prepararlo. Trece catequesis. La celebración en todo el mundo precedió a la de Toma desde Pentecostés de 1973 al de 1974. Fines: renovación del hombre y reconciliación con Dios. Se estimula el valor de la peregrinación, el ejercicio de la caridad misericordiosa y la participación comunitaria.

La TV permitió seguir los actos más destacados.

27

1983

1987

Juan Pablo II

Juan Pablo II

El objetivo fue celebrar el 1950 aniversario de la muerte de Cristo, constituyéndose en tiempo de evangelización y de anuncio de que Cristo Crucificado "es el único Salvador y la única esperanza para la humanidad".

Año Mariano para destacar la presencia de María en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Encíclica Redemptoris Mater.

28

2000

Juan Pablo II

Dos mil años de la Encarnación del Verbo.