Creo que es un ejemplo de lo que no se debe hacer en el mercado editorial. Lobos se publicó en 2009. El año pasado, al cumplirse el décimo aniversario, volvieron a publicarlo, esta vez con el título de El susurrador, como se había titulado en la edición original en italiano, y cambiaron también la portada. Publicar un libro cambiando la portada y el título me parece un poco tomadura de pelo, ya que puede llevar a engaño a muchos lectores, que la compren creyendo que es una novela distinta y se lleven el chasco de que ya la habían leído.
Y ahora sí, voy a intentar explicaros por qué me ha gustado tanto El juego del susurrador. La historia comienza con un terrible crimen. Han asesinado a un matrimonio y sus dos hijas en su propia casa. Pero los cadáveres han desaparecido.
Los encargados de investigar el caso son los miembros del equipo de Su Señoría, apodo que recibe Joanna Shutton. Ella no lo duda y, ante la complejidad del crimen, pide ayuda a Mila Vásquez, que vive aislada con su hija Alice en medio del monte, junto a un lago, desde que decidió anteponer su vida personal a la profesional y abandonar la policía. Mila, a su vez, al no encontrar el apoyo ni la comprensión de los compañeros de Su Señoría, (tengo que confesaros que todos los miembros de este equipo me caen fatal), recurre a Simon Berish, su antiguo compañero y amigo en El Limbo, el departamento de la policía encargado de encontrar a las personas desaparecidas. Juntos emprenden una investigación extraoficial, arriesgando él su puesto de trabajo y, ambos, su vida. Lo que más me ha gustado de la trama, quizá por su originalidad, es que la investigación les lleva casi desde el principio a un videojuego de los años noventa, llamado El Más Allá o Dos, un programa de realidad virtual, donde las pistas se van alternando con las amenazas. Un hombre con el cuerpo completamente lleno de tatuajes, de números, sin nombre, sin identidad. Coordenadas geográficas. Avatares. Realidad virtual. Y todo dirigido por un susurrador, capaz de doblegar la voluntad de cualquier persona y hacerla que haga realidad sus instintos más ocultos. La figura de un susurrador ya aparecía en la primera entrega de esta serie, Lobos o El susurrador, y aunque ya sabía a qué me enfrentaba, Donato Carrisi ha vuelto a ponerme los pelos de punta. La esencia del mal, el horror, la crueldad, el sadismo. A todo esto hay que sumarle una trama totalmente adictiva, que engancha desde la primera y hasta la última página, con mucho ritmo y grandes giros a cada cual más sorprendente. Una trama en la que es imposible saber si lo que vemos es realidad o ficción, quién es quién o de quién podemos fiarnos. Pero, al menos para mí, sin duda lo mejor de este libro y de toda la serie es su protagonista. Mila Vásquez es especial. Sufre alexitimia, una enfermedad que le hace ser incapaz de sentir emociones, lo que le ayuda a la hora de adentrarse en la oscuridad en busca de monstruos y asesinos, pero le complica la relación con su hija Alice. En definitiva, un thriller oscuro, lleno de monstruos, de engaños, de enigmas. Una historia que nos enseña que la oscuridad es tan peligrosa como atractiva, y que la mente ve lo que la mente quiere ver, pero también el corazón. Si tengo que ponerle un pero a esta novela es el final, para mi gusto demasiado precipitado y abierto. Espero que haya uno o más libros protagonizados por Mila Vásquez. Porque quiero seguir jugando.Muy bueno
Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.