La noticia llegó ayer, horas antes de que se anunciaran los premios de la lotería, siendo lanzada por algunos como el gordo de la mala suerte para Cristiana de Borbón. Sólo para algunos periódicos como ABC y La Razón, el sorteo de la lotería siguió siendo la noticia del día, ocupando el juicio a la infanta un lugar secundario. Pero el hecho es que hoy, la infanta es considerada por el juez Castro como “cooperadora necesaria (de su marido, Iñaki Urdangarín) en dos delitos contra la Hacienda pública”, lo que representa un nuevo golpe a la Corona de la que aún no ha renunciado a sus derechos dinásticos, incluyendo al título de Duquesa de Lugo, otorgado a los Urdangarin por ser quienes son.
Sucedió ayer, dos días antes de que su hermano, Felipe VI, lance su primer mensaje de Navidad. Tras conocer la decisión del titular del juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca, la Casa Real ha expresado su “respeto absoluto a la independencia del poder judicial”, sin haber pedido públicamente a la Infanta que abandone sus derechos dinásticos. Acusada de haberse enriquecido personalmente, la infanta Cristina está dando un pésimo ejemplo a la ciudadanía. ¿A qué espera para convertirse en la ciudadana Cristina de Borbón, sin más? Hay quien no está ni siquiera seguro de que esta sea una decisión que, como ha dicho hasta ahora La Zarzuela, le corresponda sólo a ella.