De acuerdo con varias religiones, el karma sería una energía metafísica (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos que las personas realizan, desde el momento de su nacimiento hasta su muerte.
De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. En religiones tales como el budismo, el hinduismo, el yainismo, el ayyavazhi y el espiritismo, entendemos el karma como un una creencia central y básico por el cual se rigen todas sus doctrinas.
Usualmente se asocia el karma con la reencarnación, ya que en una sola vida humana no tendríamos tiempo material para experimentar todos los efectos, bueno o malos, de las acciones realizadas con anterioridad, es decir, no podríamos "cobrar" todo el bien que se ha hecho o "pagar" todo el mal que se ha realizado en la vida.
En religiones regidas por una deidad, como por ejemplo el hinduismo (BUDA) o el cristianismo ( DIOS), existe además el concepto de alma. Bajo el punto de vista del karma, la reencarnación sería la nueva encarnación del alma, es decir el despertar del alma en un nuevo cuerpo físico, en tiempo futuro, en el útero de una nueva madre.
Todos en nuestra actual existencia, estamos recogiendo lo que sembramos en nuestras vidas anteriores y a la vez estamos sembrando lo que recogeremos en la próxima. Aunque esto no quita que dentro de una misma vida, podamos estar regidos por nuestro karma y nuestras acciones.
Nunca comprendemos esto, y es así como la humanidad, no podrá escapar de esta cadena de consecuencias, ya que casi nunca sabemos el por qué de nuestros sufrimientos. Cuando una persona siembra desgracias, causando daño a los demás, de hecho eso mismo vendrá a recoger. Esta es la ley del karma.
La Ley del Karma es aquella ley que ajusta sabia e inteligentemente el efecto a su causa. Todo lo bueno o malo que hemos hecho en una vida, nos traerá consecuencias buenas o malas para ésta o próximas existencias.
No debemos olvidar los muy sabios proverbios Cristianos: "el que siembra rayos, cosecha tempestades"; "con la vara que mides serás medido y con ventaja", "ojo por ojo y diente por diente" y "el que a hierro mata a hierro muere".
La Ley del Karma gobierna todo lo creado, y es una ley inmodificable. Esta se conoce en las religiones como "justicia celestial". Quien viola una ley crea dolor para sí mismo.
En la Gnosis (el conocimiento, la sabiduría), la simbolizamos con una balanza. El platillo derecho corresponde a las buenas obras y se le denomina DARMA. El platillo izquierdo corresponde a las malas obras y se le llama KARMA. A esta ley se le conoce también como ley de acción y consecuencia ó causa y efecto. Aunque la palabra Karma en la actualidad la utilizamos para señalar nuestro DARMA y nuestro KARMA.
La Ley del Karma nos controla y vigila a cada momento y por eso cualquier acto bueno o malo de nuestras vidas tiene sus consecuencias. Todo el mal que hagamos tenemos que pagarlo y todo el bien que hacemos nos será recompensado. Dios nos dió libre albedrío y podemos hacer lo que queramos, pero de todos nuestros actos tenemos que rendir cuentas ante la justicia divina.
Cuando uno viene a este mundo trae su propio destino y por eso unos nacen en colchón de plumas y otros en la desgracia. Si en nuestra existencia herimos, ahora nos hieren; si matamos, ahora nos matan; si robamos, ahora nos roban y así, "con la vara que medimos ahora nos miden y con ventaja".
Cada persona está inscrita en el libro del karma que se encuentra en el Palacio de la Justicia Divina. Este palacio está en la 5° dimensión de la naturaleza, está dirigido por el maestro Anubis y los 42 Jueces de la ley. Es posible comprobar esto que estamos afirmando, para hacerlo la persona deberá aprender a salir en cuerpo astral conscientemente.
Comprender íntegramente la Ley del Karma es indispensable para orientar el navío de nuestra existencia en una forma positiva y edificante.
EL karma es una ley de compensación y no de venganza. El Karma es una medicina que se nos aplica para nuestro propio bien; desgraciadamente, la gente en vez de inclinarse reverente ante el eterno Dios viviente, protestan y/o blasfeman, se justifican a sí mismos, se disculpan y se lavan las manos como Pilatos ( Biblia Cristiana).
Cuando protestamos no se nos modifica el KARMA si no que se vuelve mas duro y más severo. Reclamamos fidelidad al cónyuge cuando hemos sido adúlteros en esta o en vidas anteriores. Pedimos amor cuando hemos sido despiadados o crueles; solicitamos comprensión cuando nunca hemos dado comprensión a nadie. Anhelamos dichas inmensas cuando hemos sido el origen de muchas desgracias. Hubiéramos querido nacer en un lugar hermoso y con muchas comodidades, cuando en vidas anteriores no supimos brindar un hogar. Queremos que nuestros hijos nos obedezcan, cuando jamás supimos obedecer a nuestros padres. Nos molesta terriblemente que nos calumnien, cuando siempre hemos sido calumniadores y hemos llenado de dolor al mundo. Es decir, reclamos lo que no hemos dado...
Es posible que en vidas anteriores hayamos sido malvados y crueles, por eso merecemos lo peor, pero suponemos que se nos debe dar lo mejor.
Cuando la Ley Cósmica le va a cobrar a alguna persona un karma, primero la somete a un juicio interno. Si tiene dharma, es decir, si ha hecho buenas obras, no sufre ningún padecimiento, pero si no tiene capital cósmico, paga con dolor.
Normalmente las personas tienen sueños que le anuncian que esto va a suceder; por ejemplo; soñar que la policía nos mete en la cárcel, vernos desnudos, mojarnos en lluvia, etc.
Generalmente, cuando la Ley nos cobra, siempre pensamos que somos inocentes, que no debemos nada. Hay alguien incluso que blasfema contra la justica calificándola de "injusticia". Pero siempre debemos recordar que la Ley a nadie da lo que no se merece. A cada quien le asigna según sus obras aquello que se ha ganado.
Ahora el lector entenderá por qué las cárceles están llenas de "inocentes", personas que en esta vida no han hecho nada, pero que en vidas anteriores cometieron delitos gravísimos. Repetimos: La ley de Dios a nadie da lo que no se merece, a cada quien da según sus obras...
Hay algunos que nacen en colchón de plumas con todas las comodidades para prepararse intelectualmente y llevan estilos de vida, para muchos envidiables; otros no tienen la misma suerte, pero tampoco sufren en lo económico. Sin embargo, hay otros que sufren espantosamente y deben mendigar para subsistir. Hay millonarios que padecen enfermedades incurables y no pueden comer lo que les provoca, por una úlcera u otra dolencia. Hay muchos pobres que tienen una salud formidable. La Ley cobra a cada quien según sus faltas.
A la Justicia Cósmica podemos compararla con un gran banco. Aquí en el plano físico, si nosotros tenemos una cuenta bancaria y consignamos constantemente (este es el equivalente a hacer buenas obras), nuestro saldo aumentará. Si giramos un cheque (es el equivalente a pagar o ganar un karma), es lógico que lo pagarán. Si retiramos mayor dinero cada día (violando las leyes de Dios), nuestra cuenta disminuye hasta quedar en rojo; en ese momento empezamos a padecer, a pagar con dolor el dolor que hemos causado.
Si tenemos acciones malas o Karmas, significa que hemos gastado nuestro capital cósmico, si hacemos buenas obras buenas con nuestros semejantes, ganamos DARMA y salimos bien en nuestros negocios ante el Tribunal Cósmico. El resultado es felicidad, salud y éxito en nuestras vidas.
-.-.-.-. QUE EL DARMA ESTE DE VUESTRO LADO .-.-.-.-