Hola Chic@s!
Esta semana pensaba que no iba a poder compartir con vosotros una de mis recetillas como ya suele ser habitual, y es que los resfriados de verano, con estos cambios de temperatura y que tan a la orden del día suele estar en estas fechas, ha pasado por casa para hacerme una no tan grata visita. Pero, aún así, todavía me quedan algo de fuerzas para estar aquí una semana más con vosotros compartiendo cosas ricas, ricas. Esta semana, le toca el turno al Kebab y siguiendo con mi rutina, aquí os dejo algo de historia… .
El Kebab, por lo que he podido averiguar, alcanza más de los doscientos años de antigüedad. En aquella época, cuenta la historia, que dos cocineros independientes entre si, decidieron asar un cordero de manera vertical, empezando así con la creación de un plato que permanecería durante siglos. Su nombre “DONER KEBAB” proviene de las palabras turcas, “donmek”, que significa “dar vueltas” y de Kebab que en turco significa “asado”. Y en realidad, en eso consiste el Kebab, en asar carne, tanto de cordero, cerdo o pollo, que previamente se habrá condimentado y trinchado en una brocheta que suele ser metálica y asado de manera vertical, dando vueltas constantemente. En su origen, el kebab, era el alimento favorito de los reyes persas, pues los Iraníes, solo tenían el placer de degustarlo en día de Nowrooz, el año nuevo en Persa. Sus orígenes turcos y persas están muy claros. El Doner Kebab, se suele servir en el ya conocido “ pan de pita”, que como todos sabréis, es un pan redondo y aplastado característico de la cocina árabe. La receta que hoy os dejo, es la de una variante del Doner, y la que más gusta en mi casa, el Dürüm Doner. La única diferencia entre este y el Doner es la sustitución del pan de Pita por unas tortillas de maíz, haciendo así, un plato apto para celiacos. Así que, sin más rodeos, aquí os dejo como mi versión de Kebab. EL DÜRÜM DONER