Cuando lo recibí a finales de noviembre estaba leyendo El invierno del mundo en casa y alternaba la novela de Ken Follett con otros libros que me llevaba para leer en el metro en el camino de casa al trabajo y del trabajo a casa. Y precisamente el miércoles 5 de diciembre decidí echarme al bolso El lado oculto de la noche, un librito de 64 páginas escrito por el argentino Norberto Luis Romero e ilustrado por el segoviano Hugo Rodríguez García, más conocido como pobreartista. Leí el libro ese mismo día, entre el trayecto de ida y el de vuelta. Y la historia me atrapó, me sedujo, me hipnotizó tantísimo, estaba tan concentrada, tan fascinada, que me ocurrió algo que no me había ocurrido nunca. Se me pasó la parada del metro en la que tenía que bajarme, ni siquiera me enteré hasta una parada después. Ahora me da un poco de vergüenza contarlo, pero creo que es una buena manera para que os hagáis una idea de lo mucho que me estaba gustando el libro. Y al día siguiente, el jueves 6 de diciembre, después de escribir la reseña, estaba buscando otras opiniones sobre el libro en Internet cuando descubrí que tres blogs que sigo, Carmen y amigos, La Caverna Literaria y El universo de los libros habían organizado una lectura conjunta de esta novela corta para el mes de diciembre. Se me había pasado, no me había enterado pero por suerte estaba dentro del plazo así que aquí estoy, participando en la lectura conjunta. Las reseñas se están publicando entre el 10 y el 23 de diciembre. El protagonista de El lado oculto de la noche es un niño que vive con su madre y con su abuela paterna. Sin pudor, sin tapujos, con una naturalidad que nos sorprende y nos incomoda nos cuenta que es bastardo. Su madre fue violada por los guantes negros y su padre, el falso, el de mentira, el que solo fue un instrumento, murió en la guerra de las fosas. Un conflicto interminable, eterno, absurdo, del que nadie escapa, en el que todos, antes o después, deben tomar parte. Él, al igual que su madre, su abuela y la mayoría de los ciudadanos viven volcados, centrados y obsesionados con sus colecciones igual de absurdas. El hombre gordo colecciona lágrimas, su abuela trapos, su madre pájaros disecados y él esferas. Pero él sabe que, en el fondo, toda esa dedicación y esos esfuerzos no sirven para nada. Porque siempre, año tras año, el concurso de la Gran Feria lo gana el hombre gordo, una especie de dictador, de tirano, de déspota que gobierna, controla y manipula con crueldad, violencia y horror las vidas, los destinos, los sueños y los miedos de todos ellos. Pero no lo hace solo. Cuenta con la ayuda de su ejército de guantes animados. Los azules, maestros de buenos modales y finezas. Los negros, feroces guardianes, fieles hasta la muerte, fuertes, poderosos e insobornables. Los amarillos, sabios en materia de placeres, exquisitos amantes. Los verdes, sabios consejeros, expertos en el arte de la vida. Y los grises, incansables trabajadores, hábiles artesanos y artistas. Mientras ellos se desviven por colmar todas las atenciones, los lujos y los caprichos del hombre gordo y de la alta sociedad que le adula, le agasaja y le hace compañía en su palacio, los que están por debajo en los niveles de la sociedad, en las jerarquías, malviven y sobreviven cada día con el único consuelo, la única ilusión de atreverse a soñar pobre y débilmente con poder ganar algún día la Gran Feria. Y, como ocurre en el caso del protagonista y de su familia, con superar la violación de su madre y con poder escapar de la guerra de las fosas, donde el protagonista deberá luchar, como lo hizo su padre, y previsiblemente, al igual que él, deberá morir. O tal vez no. Porque él no es como los demás, no es normal, y lo sabe. Porque es hijo de una violación, de un guante negro. Y por eso ha heredado el mal, el desamor, la oscuridad, el dolor, el miedo. El lado oculto de la noche es una fábula, un relato fantástico con una atmósfera que nos atrapa, que nos envuelve de principio a fin sin que podamos hacer nada para evitarlo o resistirnos. Porque nos sentimos seducimos, fascinados, hipnotizados por la oscuridad, por el silencio, por el miedo, por los secretos, por el dolor, por lo desconocido. Una atmósfera que pobreartista ha sabido plasmar a la perfección en las preciosas ilustraciones que acompañan el texto de Norberto Luis Romero. Una historia triste y hermosa, lírica, simbólica, poética. Una historia dura, cruel, injusta. Pero también fantástica y llena de maldad, de dolor, de ingenuidad. Una historia que a pesar de ser una fábula, una fantasía, al leerla el lector comprende que quizá el mundo que describe el autor no sea tan distinto del nuestro. Una historia que nos envuelve, que nos hace disfrutar muchísimo y que, al mismo tiempo, también nos hace reflexionar sobre lo que se esconde en el lado oculto de la noche, sobre si queremos descubrirlo o no y sobre si queremos vivir en ese lado o preferimos ser valientes, tomar la decisión y marcharnos a buscar el otro lado de la noche, ese que, aunque nos hagan creer lo contrario, no está oculto.
El lado oculto de la noche, de Norberto Luis Romero
Publicado el 21 diciembre 2012 por Goizeder Lamariano MartínCuando lo recibí a finales de noviembre estaba leyendo El invierno del mundo en casa y alternaba la novela de Ken Follett con otros libros que me llevaba para leer en el metro en el camino de casa al trabajo y del trabajo a casa. Y precisamente el miércoles 5 de diciembre decidí echarme al bolso El lado oculto de la noche, un librito de 64 páginas escrito por el argentino Norberto Luis Romero e ilustrado por el segoviano Hugo Rodríguez García, más conocido como pobreartista. Leí el libro ese mismo día, entre el trayecto de ida y el de vuelta. Y la historia me atrapó, me sedujo, me hipnotizó tantísimo, estaba tan concentrada, tan fascinada, que me ocurrió algo que no me había ocurrido nunca. Se me pasó la parada del metro en la que tenía que bajarme, ni siquiera me enteré hasta una parada después. Ahora me da un poco de vergüenza contarlo, pero creo que es una buena manera para que os hagáis una idea de lo mucho que me estaba gustando el libro. Y al día siguiente, el jueves 6 de diciembre, después de escribir la reseña, estaba buscando otras opiniones sobre el libro en Internet cuando descubrí que tres blogs que sigo, Carmen y amigos, La Caverna Literaria y El universo de los libros habían organizado una lectura conjunta de esta novela corta para el mes de diciembre. Se me había pasado, no me había enterado pero por suerte estaba dentro del plazo así que aquí estoy, participando en la lectura conjunta. Las reseñas se están publicando entre el 10 y el 23 de diciembre. El protagonista de El lado oculto de la noche es un niño que vive con su madre y con su abuela paterna. Sin pudor, sin tapujos, con una naturalidad que nos sorprende y nos incomoda nos cuenta que es bastardo. Su madre fue violada por los guantes negros y su padre, el falso, el de mentira, el que solo fue un instrumento, murió en la guerra de las fosas. Un conflicto interminable, eterno, absurdo, del que nadie escapa, en el que todos, antes o después, deben tomar parte. Él, al igual que su madre, su abuela y la mayoría de los ciudadanos viven volcados, centrados y obsesionados con sus colecciones igual de absurdas. El hombre gordo colecciona lágrimas, su abuela trapos, su madre pájaros disecados y él esferas. Pero él sabe que, en el fondo, toda esa dedicación y esos esfuerzos no sirven para nada. Porque siempre, año tras año, el concurso de la Gran Feria lo gana el hombre gordo, una especie de dictador, de tirano, de déspota que gobierna, controla y manipula con crueldad, violencia y horror las vidas, los destinos, los sueños y los miedos de todos ellos. Pero no lo hace solo. Cuenta con la ayuda de su ejército de guantes animados. Los azules, maestros de buenos modales y finezas. Los negros, feroces guardianes, fieles hasta la muerte, fuertes, poderosos e insobornables. Los amarillos, sabios en materia de placeres, exquisitos amantes. Los verdes, sabios consejeros, expertos en el arte de la vida. Y los grises, incansables trabajadores, hábiles artesanos y artistas. Mientras ellos se desviven por colmar todas las atenciones, los lujos y los caprichos del hombre gordo y de la alta sociedad que le adula, le agasaja y le hace compañía en su palacio, los que están por debajo en los niveles de la sociedad, en las jerarquías, malviven y sobreviven cada día con el único consuelo, la única ilusión de atreverse a soñar pobre y débilmente con poder ganar algún día la Gran Feria. Y, como ocurre en el caso del protagonista y de su familia, con superar la violación de su madre y con poder escapar de la guerra de las fosas, donde el protagonista deberá luchar, como lo hizo su padre, y previsiblemente, al igual que él, deberá morir. O tal vez no. Porque él no es como los demás, no es normal, y lo sabe. Porque es hijo de una violación, de un guante negro. Y por eso ha heredado el mal, el desamor, la oscuridad, el dolor, el miedo. El lado oculto de la noche es una fábula, un relato fantástico con una atmósfera que nos atrapa, que nos envuelve de principio a fin sin que podamos hacer nada para evitarlo o resistirnos. Porque nos sentimos seducimos, fascinados, hipnotizados por la oscuridad, por el silencio, por el miedo, por los secretos, por el dolor, por lo desconocido. Una atmósfera que pobreartista ha sabido plasmar a la perfección en las preciosas ilustraciones que acompañan el texto de Norberto Luis Romero. Una historia triste y hermosa, lírica, simbólica, poética. Una historia dura, cruel, injusta. Pero también fantástica y llena de maldad, de dolor, de ingenuidad. Una historia que a pesar de ser una fábula, una fantasía, al leerla el lector comprende que quizá el mundo que describe el autor no sea tan distinto del nuestro. Una historia que nos envuelve, que nos hace disfrutar muchísimo y que, al mismo tiempo, también nos hace reflexionar sobre lo que se esconde en el lado oculto de la noche, sobre si queremos descubrirlo o no y sobre si queremos vivir en ese lado o preferimos ser valientes, tomar la decisión y marcharnos a buscar el otro lado de la noche, ese que, aunque nos hagan creer lo contrario, no está oculto.