El lado oculto del tarifazo eléctrico

Por Jumanji

Este año, las eléctricas han pagado una media de 7 euros menos cada megawatio que nos venden. Algunos días, su margen ha llegado a ser de un 300 por ciento.

[Nota de Jumanji: al final del artículo se presentan 10 medidas que contribuirían a normalizar la situación que vive el sector, y sobre todo los consumidores.]

El Gobierno sostiene que la luz sube -un 22,17 por ciento en 2010- por el alza en los precios del crudo, y no cita las subastas de la energía a las que acuden especuladores financieros. Desde la CNE y la CNMV denuncian cómo, una vez fijada la tarifa para los consumidores, el precio que pagarán las eléctricas cae espectacularmente.

A partir del pasado domingo, 17 millones de españoles acogidos a la tarifa de último recurso (TUR), pagarán un 9,8 por ciento más en su factura eléctrica, una de las mayores subidas de la historia. El Ministerio de Industria, que dirige Miguel Sebastián, ha justificado tal incremento por la evolución de los precios de los combustibles, sin citar el nuevo sistema de subastas de energía en las que se fija la tarifa, que proporciona fuertes márgenes a las eléctricas más allá de los precios reales de la energía. La subida también viene determinada por la compensación de 600 millones que el Gobierno dará a las centrales de gas y carbón de importación, perjudicadas por el real decreto que protege el carbón nacional.

Pero, mientras esa medida de apoyo a la minería de El Bierzo es coyuntural, el nuevo sistema de subastas, las llamadas Cesur, amenaza con encarecer sin límite la factura eléctrica de los españoles. Tal como han denunciado infructuosamente desde la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el resultado de estas subastas está ligado a la evolución de mercados financieros internacionales opacos e incontrolables. En las pujas, que se celebran una vez al trimestre, las cinco comercializadoras que tienen el privilegio de vender a tarifa (propiedad de los cinco grandes grupos eléctricos, Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Hidrocantábrico y Eon España) adquieren a plazo, y de forma virtual, la energía que prevén suministrar a sus clientes en el siguiente trimestre. La subasta que ha fijado el precio de este enero se celebró el 14 de diciembre. Entre los 25 participantes, más de la mitad eran entidades financieras, entre ellas bancos alemanes y franceses, que se dedican a hacer apuestas con la luz de los españoles, según fuentes del regulador energético.

Fuente: Interviú

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Y ahora pasemos a explicar qué situación introduce este escrito…

Con la llegada de la liberalización del mercado eléctrico, todos los usuarios tenemos la posibilidad de acudir directamente al mercado para comprar nuestra electricidad. Los pequeños consumidores que no lo hacen deben acogerse a una tarifa de último recurso (TUR) que fija el Gobierno tras el resultado de unas subastas que se realizan con anterioridad al periodo de consumo.

Pues bien, el precio de mercado de la electricidad se incrementa sospechosamente días antes de la subasta para volver a descender inmediatamente después, fijando los precios siempre por encima de la media del periodo en el cual van a aplicarse (ver La subasta Cesur anticipa una fuerte subida de la luz). Esto supone que las Distribuidoras Eléctricas siempre venden su producto muy por debajo del precio resultante de las subastas, incapacitando a los consumidores para pagar por la luz lo que realmente vale y frenando además la amortización del Déficit Tarifario. Por ello, pese a los enormes beneficios que este sistema les reporta, siguen exigiendo subidas descomunales de la luz para recuperar el montante que les debemos por habernos vendido su producto supuestamente por debajo de su precio de coste.

Hemos oído en demasiadas ocasiones posturas chulescas del tipo “los consumidores son libres de recurrir al libre mercado”, pero esto en la práctica no es real puesto que todas las comercializadoras ofrecen los mismos precios fijados por la TUR.

El sistema está montado de tal forma que las grandes Corporaciones Eléctricas obtienen enormes beneficios incluso en tiempos de crisis y de bajos consumos a costa de los bolsillos de los consumidores a los que nadie ampara.

El demencial ataque sin cuartel que padecemos los consumidores se podría paliar, o por lo menos tornar hacia una situación más equitativa, adoptando las siguientes medidas:

  1. Exigir a las Eléctricas los más de 2.500 Millones de Euros que cobraron en exceso de los consumidores en concepto de Costes de Transición a la Competencia (CTC). Ver Un exceso de 2.500 Millones
  2. Saldar con las Eléctricas los más de 1.000 Millones de Euros en concepto de Derechos de Emisión de CO2 de los que el Estado se hizo cargo. Consultar el mismo artículo propuesto en el punto 1.
  3. Establecer un sistema para evitar que las tecnologías de generación hidroeléctrica y nuclear, cuyas inversiones han sido plenamente recuperadas con los CTC y cuyos mercados impiden la entrada de nuevos competidores, obtengan disparatados beneficios caídos del cielo fruto de un fallo de mercado. Ver Los Windfall Profits (Beneficios Sobrevenidos) del Mercado Eléctrico y el Déficit Tarifario y Una transferencia de renta encubierta a las Eléctricas de decenas de miles de millones de Euros
  4. Establecer un peaje más que simbólico a las hidroeléctricas por la utilización de los recursos hídricos públicos. Ver El gran negocio privado con el agua de todos
  5. Dejar de posponer la solución al agonizante mercado del carbón, un combustible que tiene los días contados, y utilizar los recursos económicos que se le dedican para reestructurar el sector.
  6. Sin intención alguna de entrar en el debate nuclear, si se toma la decisión de conceder prórrogas a estas centrales de generación cuyas inversiones, recordamos, han sido íntegramente recuperadas con los CTC pagados por los consumidores, las adjudicaciones deberían de realizarse mediante concursos públicos. Lo mismo para las prórrogas que se conceden a las hidroeléctricas, cuyas inversiones también han sido plenamente recuperadas.
  7. Incentivar el libre mercado para que los consumidores puedan beneficiarse de verdad de las ventajas que todos preveían pero que nunca llegaron. Ver Costa (CNE) aboga por una TUR más restringida
  8. Promover el control y la transparencia del sector evitando la manipulación de las subastas Cesur por las Eléctricas. Ver La OCU denuncia la fuerte subida del 11% en la subasta Cesur
  9. Permitir el libre desarrollo de fuentes de energía autóctonas tanto en la península como en los territorios extrapeninsulares.
  10. Exigir a todos los agentes la clarificación de los costes en los que incurre el sistema, y establecer una correcta imputación de los mismos en las tarifas de venta (Justificación de la Propuesta al Ministro Sebastián).

Estas 10 medidas acabarían prácticamente con la opacidad del sector y permitirían conseguir 2 grandísimos objetivos: acabar de golpe y plumazo con el Déficit de Tarifa y hacer pagar a los consumidores por la electricidad lo que realmente vale.

¿Se atreverá alguien a hacerlo? Pues mientras la opinión pública siga desconociendo la realidad engañada por campañas de divulgación urdidas por el lobby eléctrico, difundidas por los medios de comunicación, y amparadas por los Gobiernos, difícilmente se producirán cambios reseñables.