Por Geoff I. Hernández / @GeoffHernandez
1. Sergio Ramos de puesto cinco, Lionel Messi de wing derecho, Cesc Fábregas de Falso nueve y Diego López de titular. Sí, los vientos de cambios estremecieron el Camp Nou, luego de cuatro años donde las filosofías mourinhistas y guardiolistas regían el universo entero. El clásico de la catarsis, y me atrevo a catalogarlo de esa manera porque viejos demonios serían sacudidos y enviados a ese anaquel mental que todo humano tiene llamado memoria, a partir de ahora la realidad es otra, la vida es otra y la esencia del clásico español es otra.
2- El fútbol élite actual tiene un vicio imposible de borrar, y es esa necesidad corrosiva de llevarnos hacia los pies de Andrés Iniesta, del poeta de las noches de luna llena. Ayer, llegaba en sus horas más bajas y necesitaba provocar un reset en las voces de los incrédulos que lo acusaban, y es que la única manera para abrazar la paz que te da el fútbol es con magia, con asociaciones y habilitaciones brotadas del mismo árbol donde Benedetti extraía sus rimas. De allí, donde los dioses esculpieron su firma, Don Andrés tomó solo un trozo de arte y nos regaló un concierto de perfección. El fútbol es tuyo, señor que utiliza la camisa número ocho.
3. Partido grande, con ritmo frenético y de vaivenes emocionales. Ancelotti, al confirmar la alineación, dio un paso atrás, no se veía con la fortaleza anímica para buscar el partido desde el inicio, y es criticable bajo cualquier óptica. Los cobardes nunca alcanzarán el tesoro del triunfo. La tozudez de añadirlo a Ramos a zona media lo único que producía era atropello en la circulación de balón, las bandas quedaban sin oxígeno, y la única opción de ataque sería trazos largos venenosos. El cambio de Illarramendi fue el estandarte tatuado de Ancelotti que decía: “Me equivoqué”. Buscar el equilibrio sacrificando la esencia de tu equipo, es como besar a la madre de tu novia para conseguir aprobación. Ilógico e irreal.
4. Cristiano lo sigue extrañando demasiado a Özil y a Mourinho. Se siente solo, incapaz de revolucionar por su propia cuenta un partido grande. Es como ese niño alegre que, luego de ir a disneyworld y rozar el cielo de la perfección, queda huérfano. Gareth Bale sigue siendo la pieza sin encaje en este sistema, un estorbo de 100 millones de dólares que, en tres presentaciones, ya fue víctima de la maldición del cambio de posición, la misma que succionó casi el 50% de las habilidades de Modric, y todo es culpa de este sistema que carece de variantes. Ancelotti no tiene ni idea del material en bruto adherido en su plantilla desperdiciado cada vez que obliga el doble, y ahora, el triple pivot en la mediacancha.
5. Gerardo Tata Martino, el sábado, venció dos veces a Ancelotti, en el score y en la cátedra táctica desplegada. su lectura, que para muchos quizá es difícil de suscribir, le dio al Barcelona en el momento justo la solidez necesaria para sonreírle en la cara al Madrid y sacarles seis puntos de ventaja. Tata no es Guardiola ni Tito, y es perfecto, porque obligó a su equipo a ceder la pelota cuando las circulaciones ofensivas no llevaban a nada, permitiendo así la oportunidad de conseguir espacios a la contra. No teme no tener la pelota. Entiende que entregar la posesión –que es un recurso- les otorga otro recurso, el contragolpe. Neymar, y Messi agradecen esa visión. Muchos siguen viendo a Martino a través de la balanza de Guardiola, y es injusto, el fútbol mismo les hará pagar su injusticia. La perfección se cimenta con un modelo a seguir, y el modelo a seguir para el Tata es el triunfo. Say no more.
6- El Real Madrid del 45 al 75 fue una muestra de lo que puede llegar a ser si su entrenador doma sus dragones. Khedira, aunque suene extraño, fue la batuta, la espina dorsal que mantenía el equilibrio en las fases de ataque-defensa posicional y ejecutor perfecto de las transiciones, mientras Illarramendi surtía de pases a medio equipo, Benzemá, entró y apeló a su bipolaridad, que sigue siendo el motivo de atracción y odio de la fanaticada merengue, el sábado fue una tromba, carcomió las espaldas de los centrales, y soltó un zapatazo al travesaño que aún sigue vibrando. Alternancia plena del dominio del partido. Este equipo seguirá creciendo, y la única escalera que acercará el éxito inmediato es entender la esencia intrínseca del equipo, el contragolpe sublime y bestial, ¿Cierto Cristiano y Jesé? Hay una fórmula que guiará el camino blanco y es esta: Illarramendi-Modric-Khedira-Benzema.
7- Alexis se llevó el Óscar de la noche, con ese gol que magnifica su actualidad, Alexis es mucho, mucho más de lo que muestra normalmente, en Chile conocen todo lo que le dará a los blaugranas, Alexis, bienvenido al espacio de los inmortales, allí donde descansan los goles más soberbios de la historia. A lo Raúl, a lo Messi, a lo Puzkas, tú, siendo tú, vibraste al mundo entero.
8- …y Neymar demostró estar listo para estos partidos, en las facetas de animosidad y capacidad, sin amedrentarse, sin fallarles al bloque ofensivo que de forma natural empujaba el ataque hacia la izquierda, sin olvidarse del verdadero dueño del equipo, Leo Messi, que aunque fue afectado por el partir desde afuera, siempre olió e imaginó las formas y los colores de cada acercamiento del Barsa. Un Barsa más líder que nunca y llenos de fe, a ver si les alcanza antes de que el Madrid evolucione y se convierta en el gigante que está hoy en el lado oscuro de la luna.