De todas las formas de comunicación que desarrolla el perro, el ladrido es aquella más sonora y también la más comprensible a escala humana, ya que es comparable a nuestro lenguaje oral. Si las personas se comunican, sobre todo, hablando, los perros han aprendido que, para comunicarse con ellas, expresar sonidos es lo más adecuado.
La palabra ladrido proviene del verbo latino Latro,-avi, atum, are, que significa ladrar, es decir, dar voces el perro. Los perros domésticos ladran porque es la forma de expresión más comprensible para los humanos. La comunicación más utilizada entre las personas, al revés que entre los cánidos, es el lenguaje sonoro, ya que tendemos a ignorar las señales visuales y no sabemos reconocer, debido a nuestro poco desarrollado olfato, las señales químicas, tan importantes en el mundo animal.
Como concepto, el ladrido es una respuesta emocional innata expresada solamente de forma habitual por animales como el perro y el chacal. Los lobos, antepasados directos del perro, raramente ladran, ya que como animales depredadores que son, no pueden permitirse sonidos que puedan revelar su presencia, tanto para su actividad cazadora como para su propia supervivencia.
El ladrido de un perro es una manera de llamar la atención, significando «Aquí está sucediendo algo extraño... ¡Atentos!». Puede ser que quiera avisar de su presencia o de la presencia de otros cerca de su territorio; puede ser una llamada al juego; o puede que reclame agua o comida.
Hay algunas razas más propensas al ladrido que otras. Las más ladradoras son los perros de jauría (beagles, bassets, bloodhound y demás sabuesos), y los terriers. Entre las que ladran muy poco destacan las razas más primitivas -es decir, las más cercanas al lobo- como los huskys siberianos, los alaskan malamute, los akita y los chow-chow.
Interpretación de los ladridos
Para comprender lo que significa el ladrido del perro hay que tener en cuenta circunstancias como el contexto, la frecuencia, el tono y sus códigos posturales.
Existen diversos tipos de ladridos:
- Invitación al juego: un perro que invita a jugar estira las patas delanteras, manteniendo levantados sus cuartos traseros y ladrando de forma repetitiva en un tono agudo.
- Aviso: es un ladrido grave y espaciado, que sirve para llamar la atención de su entorno sobre un posible peligro.
- Territorial: todos los perros son territoriales y siempre procurarán alejar a los extraños de su espacio ladrando de manera alta y repetitiva, de forma más grave cuando más se acerque un posible intruso. Esta conducta es especialmente visible en los canes que viven en zonas residenciales, acostumbrados a estar detrás de una verja o una valla, que ven reforzada esta conducta cuando, al ladrar, alejan a los posibles intrusos del territorio.
- Miedo: un perro miedoso tiende a ladrar, retirándose hacia atrás, con un ladrido corto y agudo, procurando que lo que representa su amenaza no se acerque.
- Llamar la atención: para conseguir algo -entrar o salir de la terraza, conseguir un juguete, comer- un can puede ladrar de forma insistente y repetitiva en un tono agudo.
- Frustración: cuando un perro se queda solo y sufre de ansiedad, ladra de manera compulsiva, a gran volumen y de forma muy nerviosa.
- Neurótico: se caracteriza por ser un ladrido rítmico y constante, siempre en el mismo tono, y es propio de perros que padecen algún tipo de neurosis o de trastorno compulsivo.
Otros sonidos caninos
Además del ladrido, existen más tipos de sonidos producidos por un perro: gruñidos, gemidos, gritos, bufidos y aullidos conforman todo el repertorio de comunicación sonora canina.
Así como el ladrido representa un aviso, el gruñido es una amenaza. Un perro gruñe cuando se siente amenazado o quiere amenazar, emitiendo un sonido ronco y sostenido. Dependiendo de si muestra o no los dientes, la amenaza será más o menos explícita.
El gemido canino es un sonido ambivalente, ya que puede significar tanto tristeza como alegría. Un perro puede gemir de dolor -sonido largo y lastimero- o bien puede gemir de alegría cuando llega su dueño a casa -sonido corto y continuo, acompañado de una gran movilidad-.
El grito es emitido por el perro como señal de pánico cuando, por ejemplo, llega a temer por su vida. También es un sonido muy utilizado por los cachorros para exagerar su sumisión ante un perro dominante, y que no haya ninguna duda de su subordinación.
El bufido está a medio camino entre el ladrido y el gruñido, y los perros suelen expresarlo en momentos de estrés, acompañándose siempre bien de un ladrido, bien de un gruñido.
El aullido no es muy característico del perro. A pesar de ello, hay perros que, en momentos de soledad, o al escuchar el sonido de una sirena, o el aullido de otros perros, pueden llegar a aullar. Su significado es una llamada a la unión, y es un comportamiento heredado de sus ancestros los lobos, que aullaban para reunirse o para reconfortar a un lobo que estaba lejos de su manada.
Además de estos elementos de vocalización sonora, los perros también emiten otros sonidos similares a los de los humanos y con parecida significación, que son el jadeo y el suspiro. El primero consiste en respirar anhelosamente por efecto de algún trabajo o ejercicio impetuoso, indicador de estrés y excitación; mientras que el segundo consiste en una aspiración fuerte y prolongada seguida de una espiración, que los perros utilizan para expresar tristeza, alivio o deseo.
Perro ladrador, poco mordedor
Este famoso refrán no debe tomarse como ley si hablamos de comportamiento canino. Un perro que ladra está generalmente estresado por algún motivo, y dependerá de las circunstancias si llega a la agresión o acaba huyendo.
Ya hemos visto que ladrar no siempre es un signo de agresividad, y este tipo de vocalizaciones innatas utilizadas por los perros expresan un amplio repertorio de emociones. Cuando un perro ladra, siempre hay un motivo.
Conocer los diferentes tipos de ladridos, es decir, conocer el lenguaje oral canino, nos ayuda a relacionarnos mejor con nuestros amigos más fieles, evitando, de esta manera, posibles errores de comunicación.
Los perros cantores
Existen dos razas de perros que, en vez de ladrar, cantan. Son el basenji y el perro cantor de Nueva Guinea.
El basenji (que significa “cosita de los arbustos” y “el perro que salta arriba y abajo” en lenguaje nativo) es una raza originaria de África, también conocido como Perro sin ladrido, que se encuentra representado ya en el Antiguo Egipto. Este perro emite unos gorgoritos, aullidos, gruñidos y cacareos que recuerdan al canto tirolés.
El perro cantor de Nueva Guinea, actualmente en vías de extinción, emite un extraño canto a medio camino entre un aullido de lobo y el sonido de una ballena. El mejor modo de hacerlos “cantar” es apartarse de su vista, e inmediatamente empiezan a emitir su canción para intentar establecer contacto.
Agradecimiento: a Javier R. Batallé, educador canino(http://jrbatalle.blogspot.com/), por permitirme publicar su artículo.