Menos mal que todavía queda resistencia y honra en la sociedad española y Manos Limpias anuncia acciones contra los fiscales que se han querellado contra el juez Silva, aunque es difícil que esa querella prospera frente a una Fiscalia poderosa y todavía mas impune y blindada que la casta política.
El papel desempeñado por la Fiscalía del Estado en el caso del banquero Miguel Blesa , al que parecía defender en lugar de acusar, y en otros procesos contra poderosos y miembros destacados del sistema infectados de corrupción, como son los de la infanta Cristina y el ex tesorero del PP Barcenas, refleja las enormes carencias democráticas de esa institución y la alta responsabilidad que ha contraído como sostenedora de la falta de democracia, la arbitrariedad y la injusticia que emanan y propagan los últimos gobiernos de España.
El control de la Fiscalía y la intervención directa de la Justicia nombrando jueces y magistrados e influyendo en las carreras judiciales, son los dos grandes resortes utilizados por los grandes partidos políticos españoles para neutralizar la división de los poderes básicos del Estado y prostituir la democracia, dotando a los partidos y a los políticos de un poder que es prácticamente impune y que es radicalmente incompatible con el sistema democrático.
En lugar de cumplir con el deber de limpiar la sociedad de inmundicia y de combatir la corrupción y el delito que se han atrincherado en el Estado, la Fiscalía aparece muchas veces ante la opinión pública como un inastrumento partidista y como bastión de los corruptos y de los que saquean las arcas públicas y fortalecen la injusticia desde el poder político.
Pocos ciudadanos en España se creen que la Fiscalía sea una institución independiente, ecuánime y capaz de anteponer la defensa de la Justicia a los intereses del gobierno de turno. La opinión mayoritaria de los españoles cree justamente lo contrario, lo que constituye ya, en sí mismo y con independencia de cual sea su verdadero comportamiento, un grave déficit democrático porque los ciudadanos tienen derecho no solo a tener un gobierno justo y decente, sino también a sentirse orgullosos y satisfechos de sus instituciones y liderazgos.
Muchos analistas y pensadores políticos, entre los que nos incluimos, creemos que la regeneración de la Justicia es una tarea mas urgente y vital que la regeneración de la vida política, ya que la limpieza de corruptos y sinverguenzas incrustados en el Estado y sus instituciones sería imposible sin una Justicia independiente y fiel a las leyes que imponga castigos a los políticos que, hasta ahora, han disfrutado de una impúdica impunidad.