El lance del águila calzada

Por Victorjhernandez
Publicado en el diario Público el 27 de noviembre de 2013

De repente, un silbido creciente y sordo capta nuestra atención. Cae de lo alto, acompañando a una sombra que apenas entrevemos, y que hiende, compacta, el cielo helado de noviembre. Segundos antes de tocar tierra, se desenvuelve en un velocísimo despliegue de alas y cola, con las garras por delante, desviando ágilmente la trayectoria hacia un punto exacto...

El águila calzada cae sobre su presa... Un chillido mudo, un revuelo blando que pronto cesa. De nuevo el silencio...

Y la calzada levanta el vuelo. De su presa, una cogujada -ese pardo pájaro de los caminos polvorientos-, atrapada entre las garras, asoma sólo un ala descolgada...

Vuela el águila hacia un posadero tranquilo, libre de escopetas, sin tendidos eléctricos con sus torretas de electrocución, donde aún no han vuelto los cebos envenenados, donde se frenó a tiempo la concentración parcelaria o la urbanización y el fuego o las talas no arrasaron el bosque, donde no llegan los pesticidas, ni el ambicioso proyecto minero, hidrológico, industrial o turístico sin pies ni cabeza, ni futuro; donde la Naturaleza, la Vida, valen más que el dinero; más allá de la avaricia y el mal corazón...Si lo encuentra...