Van Gaal sacrificó a Mata para dar entrada a Falcao y el United salió al campo intentando confirmar las buenas sensaciones que dejó en la jornada anterior ante el QPR (con victoria por 4-0). Empezó como un tiro, con Van Persie abriendo la lata a los 13 minutos y Di María haciendo el segundo poco después tras una jugada marca de la casa, que acabó culminando con una genial vaselina ante Schmeichel. Y aunque Ulloa acortó distancias poco después, un tanto de Ander Herrera en el minuto 57 pareció dejar el partido visto para sentencia con apenas media hora para el final.
No obstante, ocurrió todo lo contrario. El Leicester reaccionó con empaque y aprovechó la debilidad defensiva del United para dar la vuelta al partido. Primero, contó con un favor arbitral para hacer el 3-2 en un penalti que no existió, y acto seguido encontró el empate con un tanto del incombustible Cambiasso.
Van Gaal buscó en la entrada de Mata por Di María frenar la sangría pero a cambió se encontró con una herida mayor. Vardy marcó el 4-3 a falta de 11 minutos y con el United ya desquiciado, y con uno menos por expulsión de Blackett, acabó recibiendo el puñetazo definitivo a su intentó de resucitar del mal inicio liguero con el puñado de goles, de nuevo obra Ulloa, ex del Almería.