No le debió parecer muy propio el uso del estaño para tal terapia y a lo mejor creyó que restañar era más propio de mercheros o quincalleros.
Aunque el sentido popular que se le atribuye a la expresión "restañar las heridas" (que es el que Lobato le da) poco tiene que ver con "Dicho de una cosa, como la honda o el látigo cuando se manejan o sacuden en el aire con violencia: Chasquear, estallar" o "Crujir, hacer fuerte ruido". A menos, claro, que la sangre llegase al río, como indica el sentido #2 de restañar, extremo que desconocemos. A este tipo de cosas debía referirse Gómez Torrego cuando afirmaba que "En contra de lo que se afirma con frecuencia, el
----- De nuevo es @calocen el que me manda esta edificante anotación. Y añade: "en cualquier caso restallar no detiene la sangría (excepto si usas el látigo para disolver un botellón". (véase el juego de significados entre las acepciones #1 y #2)