En una extensa selva de despejadas llanuras vivía un león que era víctima de las burlas de un tigre.Una vez este tigre le robó la comida y luego se burló diciendo que él no había sido.
Esto hizo enojar mucho al león porque consideró ese hecho como una traición y desdeese día empezó a sentir ira y rencor contra el tigre.
Con tanta amargura el león sufría de estrés y fatiga. Ya no disfrutaba de las cosas que antes le producían placer.Un día, harto de no poder controlar sus emociones decidió ir donde un jaguar a buscar consejo. Cuando contó lo que sentía al jaguar, éste le dijo:_ El resentimiento está controlando tus pensamientos y por eso está tan amargado._ ¿Y qué debo hacer? _ preguntó el león._ Perdonar al tigre. El perdón es el único que te liberará de la amargura _ respondió el jaguar.El león pensativo y muy decidido salió en busca del tigre y lo encontró descansando patas arriba bajo la sombra de un árbol.Cuando el león se acercó al tigre, éste se asustó mucho porque pensó que el león lo iba a atacar; pero quedó sorprendido al escuchar al león decirle que lo perdonaba por el robo de la comida.Desde ese momento el león quedó libre de su amargura y pudo volver a disfrutar libremente de la belleza de la selva.Autora: María Abreu
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. (Efesios 4:31-32)