



Más el repertorio del siglo XX, al igual que con el coro completo, parecen haber nacido para él porque las dificultades de estas obras las solventan con todas las cualidades que los aficionados y entendidos saben valorar: afinación exquisita, dinámicas de vértigo con unos ff siempre delicados pese a la potencia, musicalidad innata y difícil para las obras sacras (el Ave Maria del Padre Aita Donostia fue impresionante) sin preocuparles el idioma (Poulenc resultó nuevamente mágico), para finalizar con el Kyrie de la "Missa Tiburtina" compuesta por la pedagoga, directora coral y compositora canadiense Ramona Luengen precisamente para coros masculinos, que comienza a ser habitual en grabaciones pero también en los conciertos de "Los leones", lo que siempre es de agradecer por lo que supone de renovación de repertorio y descubrimiento de tanta música coral buena.