El Letur de Rozalén

Publicado el 07 noviembre 2024 por Manuelsegura @manuelsegura

Cuando en marzo de 2023 entrevisté a Rozalén en los micrófonos de Radio Nacional de España le pregunté si Letur, su pueblo de la infancia, era, parafraseando a Antonio Vega, el sitio de su recreo. Y me confesó que sí, añadiendo que cada vez se sentía más orgullosa de haberse criado en un pueblo pequeño, “en un pueblo chico” dijo exactamente. “Estoy muy anclada en la nostalgia de la infancia”, remarcó.

Hace unos días, una devastadora DANA casi ha barrido a este pueblo de la faz de la Tierra. Las impresionantes imágenes que todos hemos visto nos han conmocionado. Y mucho más, los muertos que se han producido como consecuencia de la furia de las aguas descontroladas. Rozalén, como sus paisanos, vive días de angustia y ha agradecido a todos el interés y la ayuda en tan trágicos momentos. Y pide que, cuando se apaguen los focos, no los olvidemos.

Letur, municipio albaceteño ubicado en la Sierra del Segura, tiene censados menos de un millar de habitantes. Muy cercano a los límites geográficos de la Región de Murcia, la localidad está más cerca de la capital murciana que de la albaceteña, por lo que la vinculación con sus vecinos es evidente, tal y como me dejó claro Rozalén en aquella charla en la radio. “Muchos de mis músicos, que son mi familia, son ‘murcianicos’. Nosotros siempre decimos que somos el vivo ejemplo de que Albacete y Murcia siguen unidos”, añadió.

En julio de 2022, Rozalén protagonizó un concierto multitudinario en Letur. Fue en el Leturalma, un festival fomentado por ella misma para promocionar los pueblos de la Sierra del Segura con el lema ‘El festival más bonico del verano’. Hacía pocos meses que su padre, Cristóbal, había fallecido. La cantautora reconoció que “sería muy bestia” para ella cantar al lado de la tumba de su progenitor, de sus abuelos y de tanta gente a la que quiso. “Saqué la voz como pude”, reconocería. 

La vinculación de Rozalén con Letur es de cordón umbilical. Hace algún tiempo contó en su página de Instagram una historia preciosa sobre la gente de aquel pueblo. En ella habló de Isabella partera’, una mujer que trajo al mundo a cientos de criaturas, a toda su familia, a su madre y a sus tíos y tías. “Nos contaba que nunca se le murió un niño”, escribió entonces. Isabel tuvo una hija, Juliana, a la que apodaron ‘la Chacha’ y que se convirtió en la mejor amiga de la abuela de Rozalén. La joven Juliana conoció a un chico, Ramón, y ambos se enamoraron, permaneciendo juntos “hasta el final de sus días”. De niña, las tardes de los veranos las pasaba la cantante en la casa de esta familia que, de alguna forma, también era la suya. 

‘La Chacha’ y Ramón tuvieron dos hijas que murieron de enfermedades degenerativas a muy corta edad. “Se gastaron el dinero que no tenían” en intentar salvarlas, pero fue todo en balde. Tras ello, quizá para superar aquellos crudos reveses, ‘La Chacha’ y Ramón se convirtieron en los padres de todos los niños que corrían y jugaban por las calles de Letur. Recordaba que la casa del matrimonio, en el casco antiguo, en la calle Albayacín, un trazado musulmán en el que se pueden ver arcos de hasta cuatro estilos diferentes, siempre estuvo llena de pequeños alegres y con la merienda preparada. Juliana y Ramón murieron con pocos meses de diferencia. “Se nos ha muerto un poco la infancia al cerrar las puertas de su casa”, lamentó Rozalén en la despedida. “Pero nacen nuevas flores que lo llenan todo de esperanza”, aventuró.

Sirva este texto para rendir homenaje a las gentes de Letur, que estos días han sufrido en sus carnes las calamidades de una Naturaleza desatada. Mucho costará olvidar la tragedia y aún más a los que han perdido la vida: Jonathan, Mónica, Juan, Manuel, Antonia, Dolores… Allí, en plena Sierra del Segura, donde viven gentes como Juliana y Ramón, personas buenas que supieron encontrar sentido a su existencia a pesar de lo tremendamente jodido que se lo puso el destino.

[La Verdad de Murcia, 7-11-2024]