Asumo que todo el mundo sabrá de qué va la historia, así que no me molestaré en detallarla. Lo que hay que decir es que estamos ante una película que, pese a estar dirigida hacia un público infantil, puede ser disfrutada por los adultos sin ningún tipo de rubor gracias a un ritmo trepidante, un buen sentido de la épica y a una extraordinaria realización técnica.
Pese a estar basada en la novela de Kipling y en la película clásica de Disney, podemos citar dos referentes más reconocibles para el público más actual: El Rey León y Ice Age. "El libro de la selva" resulta una especie de mezcla de la estructura de ambas, con lo cual no sorprenderá a nadie en cuanto a su desarrollo (aunque está claro que no es esa su intención), pero gracias a sus méritos técnicos se convierte en una perfecta actualización de ambas.
Los efectos digitales tal vez no alcancen a superar lo visto en producciones como El amanecer del planeta de los simios (Matt Reeves, 2014), pero se le acerca mucho. Cada vez cuesta más diferenciar entre personajes animados y reales, y la integración de los actores con decorados y personajes digitales está cada vez mejor implementada. El libro de la selva es una buena muestra de todo ello, y ciertamente resulta prodigiosa la recreación que se hace de panteras, tigres, osos o elefantes. Por tanto, un diez en este apartado.
La elección del niño Neel Sethi para interpretar a Mogwli también se antoja como un gran acierto, ya que el chaval resulta una perfecta recreación del personaje animado del clásico de Disney. En la versión original encontramos a una lista de actores de primer orden poniendo voz a los principales personajes, encabezados por gente del nivel de Bill Murray, Ben Kingsley, Idris Elba, Scarlett Johansson o Lupita Nyong'o.
En definitiva, creo que esta actualización de "El libro de la selva" supone un estimulante y entretenido ejercicio que aúna nostalgia y modernidad de una manera acertada. Tal vez algunas de las canciones puede quedar un poco fuera de tono respecto al conjunto, pero en general la película cumple su cometido con creces, igual que su director Jon Favreau.
Mi nota: 7