Antes de comenzar agradecer a Myriam Massó por ponernos al tanto de esta autentica barbaridad.
Antes de seguir, algunas de las imágenes de la discordia:
Es importante destacar que este libro de los ruidos es un libro pensado justo para que los mas pequeños empiecen a descubrir los diferentes sonidos de lo que aquello que les rodea... pero que a la vista de imágenes como esta lo que realmente les quiere decir es lo que les espera si tiene la desgracia de tener unos padres que sigan los patrones de crianza como los que de forma poco disimulada establece este libro. Desde justificar el cachete a negar el llanto al bebé por poner un par dejemplos. Y todo esto dirigido a niños a partir de un año, en los que su mente es especialmente absorbente a todo lo que puedan recibir, y por supuesto a estas ideas que deberían estar encerradas en un cajón pero que por desgracia siguen estando muy presentes.
Lo peor de todo es que se supone que este tipo de libros deberían tener un cierto control pedagógico a la hora de salir al mercado. Pero parece que ni en Francia, de donde proviene la autora, ni en España donde se vende en tiendas como Casa del Libro o Amazon, les ha dado por echarle un vistazo al libro antes de ponerlo a la venta. Y realmente este es el problema. No vamos a hablar ahora de una cierta censura previa (aunque los gobiernos lo hagan con otros libros como los de texto) sino de la necesidad de establecer patrones razonables en los libros destinados a la infancia. De hecho seguramente este libro incumpla el código deontológico para la promoción de la lactancia materna, por esa afirmación de que "el biberón hace mmmmmm". Y sin embargo se vende sin problema.
Es realmente necesario establecer un cierto rigor en las editoriales, que a fin de cuentas son quienes deciden lanzar un libro o no al mercado, para que realmente las obras que llegan sean adecuadas para el publico al que se dirigen, que estén libres de estereotipos que queremos eliminar como los que hemos mencionado relativos a la crianza y la lactancia, o a cualquier otra forma de predisposición de los lectores a que repitan patrones que entre todos estamos peleando por separar de nuestra sociedad y de nuestra forma de pensar como padres y madres.
Por cierto si alguien piensa que quizá exageramos esta imagen debería hacerle reflexionar sobre ello.