Dedicaría un capítulo entero a narrar la historia personal de Pedro Sánchez, un cúmulo de mediocridad, suciedades y trampas que explican lo que le está ocurriendo a España en sus manos y la enorme degradación del socialismo y de toda la izquierda, contaminados por su forma de gobernar.
El siguiente capítulo sería un análisis del sanchismo como estilo y forma de gobernar aberrante, contraria a la democracia y a la política en general, un conjunto devastador de ideas y comportamientos que conduce, inevitablemente, a la degeneración de la política, el hundimiento de los valores y la ruina de la nación y de sus habitantes.
Otro capítulo estaría dedicado a la maldad que representa la alianza del sanchismo con partidos totalitarios y enemigos de España, interesados en destruir la nación.
Otro capítulo sería el de su agresión profunda a la verdad, la transparencia y la libertad de informar y ser informado con veracidad.
El recurso sanchista al odio y su afán por resucitar el espíritu de la Guerra Civil es una de las bajezas más intolerables de Pedro Sánchez y sus huestes. Han superado la labor que Zapatero inicio destruyendo la reconciliación y el perdón, que fue, probablemente la mejor gesta de España en la segunda mitad del silo XX. El capitulo demostraría como se ha utilizado la memoria histórica para sembrar rencores, odios, divisiones y enfrentamientos.
El capítulo final estaría dedicado a recopilar los daños sufridos por España como país en el concierto mundial. El sanchismo ha transformado a España en un fantasma poco fiable, marginado del diálogo y el debate internacional, sin prestigio, sin cargos importantes y sin peso. La culpa exclusiva de ese drama ha sido el desprestigio de pedro Sánchez, un tipo al que no se le respeta por haber conducido a su país hacia la tiranía, el deterioro democrático, la debilidad, la pobreza y el enfrentamiento.
Francisco Rubiales