Solo ante el peligro. Al libro me refiero. Por un lado tiran de él los editores tradicionales, apelando al placer de acariciar una página, al olor, a su textura, a la belleza sugerente de una portada, a la cuidada maquetación, al objeto en sí mismo. Y por otro, los tecnológos, creadores de eReaders, distribuidores y/o vendedores de ebooks ensalzando la manejabilidad, la posibilidad de conectarse a casi cualquier mundo pulsando una tecla, la capacidad para albergar títulos y más títulos, su personalidad eminentemente práctica.
Y en la segunda opción se encuentra, firmemente posicionado, Juan González de la Cámara, director y alma mater de Grammata, la empresa que comercializa el lector digital español Papyre. Su mente parece ir tan rápida como el mundo en el que se mueve. Su lema es hacia un mundo sin papel. Dejó un trabajo cómodo en Madrid para trabajar a distancia, las tecnologías así lo permiten, en Granada y desde la Andalucía mora sigue de cerca los pasos balbucientes del libro electrónico que debería augurar un verano tecnológico.
Hay industrias que no se mueven, vuelan, y la tecnológica es el máximo exponente. Ayer es el pasado y hoy, a ratos, casi el futuro y así lo percibe González de la Cámara, que explica con tranquilidad qué ha ocurrido con los libros que desde Libranda se dieron a conocer el pasado 15 de julio. Las quejas llegaron a la red, que si no se podían leer, que si había que seguir muchas instrucciones y él cuenta que como con todo lo que tiene que ver con tecnología “hay que tener cargados ciertos programas en el ordenador” o lo que es lo mismo, puedes tener el coche pero sin llave, no arrancas.
¿Y por qué esos problemas?. La piratería, ese mal que acecha, hizo que se blindaran los ebooks mediante un formato concreto, el epub con la protección del DRM. ¿Y eso imposibilitaba la lectura en general?. “No. En el mundo hay tres soportes, el kindle, el ipad y el resto. Por este tercer grupo -dice el creador del Papyre- ha optado la industria editorial española. Pero la piratería ya se ha saltado esa barrera”. Y aquí nuevamente se presentan dos disyuntivas, los eReaders más vendidos en nuestro país se mueven con otras aplicaciones, la citada anteriormente, y el DRM es una provocación para cualquier pirata, como por otro lado ocurre con cualquier avance tecnológico.
Desde 1999 sigue muy de cerca todo lo relacionado con la lectura digital, fundó Grammata en 2004 y tres años después sacaba al mercado el primer dispositivo. “Tenía muy claro -asegura González de la Cámara- que el día que saliera algo tan útil como el papel ahí estaría yo”.
¿Desaparecerá el libro como tal? Ante esta pregunta no duda: “el libro que hoy conocemos se quedará como un objeto especial, que valga por sí mismo no por lo que contenga”. Comenta que el iPad ha dado un salto cualitativo, pero no es el camino que seguirá el libro, “ese dispositivo no sustituirá al papel”, piensa que el soporte será el que haga cambiar la mentalidad del lector. O lo que es lo mismo, el usuario será el que lo demande y no al revés.
De momento, sus Papyre avanzan, son capaces de soportar los formatos epub y Mobipocket, otro de los gigantes. Pero su cabeza también está en el Papyre educativo, “el que contenga lo que necesite un escolar. Quiero que los niños dejen de llevar 14 kilos en sus mochilas para transportar un dispositivo de menos de 500 gramos”. Y en ello anda. De momento, Galicia ha contado con un proyecto piloto. Y con esa asignatura, de momento, van a septiembre.
Merche Rodríguez