El libroadicto promedio Desvaríos sobre la vida lectora
El libroadicto promedio: Desvaríos sobre la vida lectora
Publicado el 20 marzo 2013 por Nina @NinaRapsodia
Nota: Este es un texto que escribí para mi clase de Literatura. No fue el mejor de clase (hay gente que escribe infinitamente mejor que yo, pero el profesor decidió que yo fuera una de las tres elegidas para leerlo en frente de todos. Qué vergüenza me dio) Pero quería compartirlo con ustedes *guiño guiño*
El libroadicto promedio Desvaríos sobre la vida lectora
Los
últimos días del año pasado, cuando dediqué varios minutos a realizar mi recuento
de los libros leídos, mi cuenta llegó a 33 novelas; entre cómics y literatura. No
parecer gran cosa, pero para alguien que devora libros puede saberle a poco. Para
una amiga mía, cuando le comenté sobre este decente logro le pareció que era
una cantidad ingente. La miré extrañada y le dije: ¿Sabías que hay gente que se
lee más de doscientas al año? Yo soy una simple amateur.
Pero
claro, no todo lo que leemos es bueno. Cuando uno ya lleva muchos años en esto
de la lectura, ya tiene una especie de ‘olfato librero’. En un día cualquiera,
si alguien como yo llega a una librería con una novela en mente para comprar,
rara vez sale con ese libro. Es una verdad universalmente conocida que si uno
lleva más dinero del habitual a una tienda de libros, irremediablemente se lo
gastará todo. Me ha pasado varias veces que me he arruinado monetariamente
porque los libros, las ediciones sencillas o tapa duras, me miran desde los
muros diciendo “cómprame”. Y yo siempre, alegremente, no lo pienso mucho y caigo
en su trampa.
Soy
una lectora compulsiva. Leer para mí no es un mero entretenimiento en horas
muertas o en aburridas y largas filas para hacer vueltas. Cuando no tengo
dinero, hago algo que se llama ‘ir de caza’. Y no me refiero a ir a buscar
hombres. Voy a la biblioteca de la universidad, al tercer piso. Me paseo por
las estanterías, porque eso de ‘Voy por un libro equis’ es falso. Si el libro
está prestado o simplemente no está, siempre me encanta husmear y buscar otro título
que me llame la atención. Así he conocido muchos nuevos autores, mi capacidad
de sorpresa siguen intacta.
Últimamente
parece que leer está de moda. Lo digo porque libros populares están acercando cada
vez más a la gente a la lectura. Es gracioso ver que uno se alegra de saber que
más gente lee, así sean libros como “Crepúsculo” o “Cincuenta sombras de Grey”,
que tan populares son entre las masas. Leer de por sí es algo que tenemos que
hacer todos los días de la vida, pero cuando pienso en la palabra como tal, la
imagen que se forma siempre es la de un libro. Mi libro favorito.
Soy
mucho de clásicos. En ellos he encontrado consuelo cuando la vida me parece
asquerosa. Puede que a mí me parezca buenísimo un libro que a los críticos les
parezca basura. No soy la persona más versada para hablar de literatura, aunque
estoy trabajando en ello. Lo que he estudiado sobre letras es escaso, pero
siempre estoy dispuesta a nutrirme de todo lo que rodea la narrativa y los
autores. No aprendí mucho sobre morfología y sintaxis, en mi corto y breve paso
por el pregrado de Filología Hispánica, pero si descubrí algo que ya tenía muy
presente, solo que necesitaba reafirmarlo. Lo mío son las letras y los libros.
Recordar
todos los títulos que he leído en la vida es una odisea que claramente no
podría realizar tan fácilmente. Mi mente no está lo suficientemente trabajada
para recordarlo todo. El año pasado leí 33 libros, en 2011 fueron 27 y en 2010
fueron 23, que fue el año en el que empecé a llevar las cuentas de lo que leía.
Cada año vamos mejorando, y claro, son más las buenas lecturas que las
decepciones. Cuando alcance 50 libros en el año me sentiré realizada.
Pero
si estás leyendo esto, no sigas mi ejemplo. No corras, no leas si no te
apetece. Si te gustan los libros, lee cuando quieras hacerlo, sin cumplir retos
y tampoco te obligues a hacerlo. No hay nada mejor como la libertad de abrir un
libro cuando lo desees y sumergirte en la historia cuando quieras.
Cuando
leo me ausento. No soy, no vivo y no existo. Soy Ellinor Dashwood saliendo del
salón de su casa y estallando en lágrimas por Edward Ferrars, soy Úrsula
Iguarán limpiando la casa y regando las begonias del corredor a ciegas, soy
Dorian Gray, que observa con ojos desorbitados el crimen que acaba de cometer, Soy
Holly Golightly cantando en la escalera de incendios mientras se seca el
cabello, soy el Coronel sin nombre, que espera una carta que nunca le llegará.
Todo esto para decir que soy una lectura
compulsiva, el único vicio que me enorgullece admitir.
El libroadicto promedio Desvaríos sobre la vida lectora