El licor separatista

Publicado el 16 octubre 2012 por Abel Ros

Resulta paradójico que los ceños fruncidos del 15-J sean olvidados por los efectos alucinógenos del licor separatista


uando las crisis se cronifican – decía el sociólogo de la Escuela de Chicago – surgen corrientes sociales de desafección y descontento con los cimientos del edificio. Es precisamente, en esos momentos de depresión democrática, cuando las hormigas se organizan e intentan derrumbar al coloso que las mira. El hambre de liderazgo y la necesidad de un guía que inyecte comodidad al sentido de nuestras vidas, es la fuerza que levanta el polvo de los rebaños en los desiertos de la ilógica. Sin fe en la racionalidad del sistema, las ideas del tuerto – en palabras de Jacinta –  son la única  luz que alumbra el reino de los ciegos.

En días como hoy, con la legalidad como escudo, los sables de Mas chocan como quijotes contra los molinos constitucionales

La aventura del vecino del Norte; sirve a la Crítica de hoy, para analizar los desaguisados que se cocinan en los fogones de Cataluña. Resulta paradójico – en boca del Catedrático – que los ceños fruncidos del 15-J, sean olvidados por los efectos alucinógenos del licor separatista. Con las masas hipnotizadas ante la luz de la linterna. El domador de las fieras acaricia el terciopelo de los felinos, como si fueran cachorros al acecho de los biberones.

Es precisamente,  en estos intervalos de hipnosis colectiva, cuando los totalitarismos  del ayer; consiguieron que los hambrientos somnolientos cediesen su libre albedrío a la retórica de su tiempo. Después del 25- N, en palabras del que escribe, el mal despertar de los felinos hará que el sonido de sus rugidos, alejen de los barrotes catalanes al látigo que los mantiene.

Mientras Ibarretxe – decía el vasco, a las puertas del teatro – presentó un plan separatista a la mesa del Congreso. El líder de Cataluña construye la independencia con los mimbres emocionales. El cultivo del grito, en las masas debilitadas, sirve al tótem nacionalista para fortificar su castillo ante posibles invasiones. Es de esta manera, construyendo venganza contra un Estado de Derecho, como el Arturo del XXI dibuja su silueta en los libros de la historia.

El domador de las fieras acaricia el terciopelo de los felinos, como si fueran cachorros al acecho de los biberones 

En días como hoy, con la legalidad como escudo, los sables de Mas chocan como quijotes contra los molinos constitucionales. El régimen sancionador del ordenamiento jurídico – en palabras del letrado – sirven a los "no catalanes" para mantener en las jaulas soberanistas a los felinos despertados. Mientras tanto, las ocurrencias del ministro - "españolizar a los catalanes" –  y, el titular del Financial – apoyo a la consulta independentista - encienden los troncos calientes de la frustración catalana. 

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