El líder Peter Pan: cuando se construye con las manos y se destruye con los pies (Parte 1)
Por Juan Carlos Valda @grandespymes
Por: Rita Arosemena P. - En un mundo abordado por la necesidad de materializar un cambio en el esquema laboral tradicional que permita a las personas alcanzar la libertad financiera y sus metas personales, el líder inmaduro tiene las mismas chances que el psicópata integrado de convertirse en una fuente de infortunio y desgracia para el grupo de personas que pretende guiar al éxito.
No porque sea su intención tener el mismo efecto que un arma de implosión autoprogramada, sino porque carece de las fortalezas esenciales que sólo la madurez otorga a cualquier líder — y en términos generales, a cualquier persona —.
Generalmente, se comete el error de asociar la edad cronológica con la madurez emocional, olvidando que gran parte de esta última deriva de las experiencias y que estas, como bien dijo una vez Abraham Lincoln, no tienen nada que ver con los años de vida sino con la vida de los años.
El líder que construye con las manos y destruye con los pies (o con la boca, o con sus actos) es una analogía del bien conocido Síndrome de Peter Pan, a saber: