Boca visitó La Paternal con la misión de conseguir tres puntos que le permitan seguir distanciándose de sus inmediatos perseguidores, pero en un partido para el olvido los de Falcioni igualaron sin goles contra el equipo que dirige Néstor Raúl Gorosito.
La mediocridad del fútbol argentino es alarmante y se manifiesta con creces cuando los distintos tienen un mal partido. Le sucedió a Riquelme esta tarde-noche y Boca fue una sombra. Nervioso, sin ideas y mimetizado con la nula vocación ofensiva que le planteó el rival, el líder del Apertura igualó sin goles en un espectáculo pobre.
Durante los primeros 45’ los dos equipos se dedicaron a luchar y las situaciones de peligro se resumieron a remates de media distancia de Brum y Riquelme. Con Clemente Rodríguez tapado y Erviti desaparecido, el capitán xeneize no encontró un socio para generar juego, y la dupla conformada por Mouche y Viatri pasó desapercibida. Por su parte, el local no tuvo un patrón de juego marcado, y se nota que Gorosito deberá trabajar mucho para encontrarlo porque sus jugadores se nublan a medida que avanzan en el terreno.
En el complemento Boca salió con otra actitud y encontró la forma de mantener la posesión gracias a la inteligencia de Riquelme, momento que se diluyó rápido porque el cerrojo del Bicho obligaba al 10 a recibir muy lejos del arco defendido por Nereo Fernández. A pesar que Argentinos terminó teniendo las situaciones más claras el empate fue un resultado justo, porque ninguno supo imponerse con regularidad a lo largo de los 90’.
Si bien Boca desaprovechó una oportunidad para aumentar su ventaja con respecto a Racing, se fue con un punto de una de las canchas más difíciles del torneo argentino. Para el Bicho, que sigue sin triunfos en el certamen, el empate sirve por el rival que tuvo enfrente y porque necesita sumar puntos para abandonar el fondo de la tabla.