Autora: Eve Berlin.
Editorial: Terciopelo. Roca Editorial.
Fecha de publicación: 1 Noviembre 2012.
ISBN: 9788415410324
Género: Erótico.
Serie: 1º- El límite – Berlin
PVP: 12€
¿Hasta dónde estarías dispuesta a llegar para conocer los límites de tu placer?
Para la autora de novela erótica Dylan Ivory, el control lo es todo. Dylan ha crecido en un hogar caótico y siempre con la responsabilidad de cuidar a su hermano menor… hasta el día en que éste falleció víctima de un accidente de moto. Desde entonces, ella ha llevado una vida organizada y segura, estable, sin riesgos. Hasta que se topó con Alec, un hombre que era todo lo contrario a ella... pero que era todo lo que realmente quería ser.
Alec Walker es un escritor de thrillers psicológicos y un hombre que vive al límite. Las motos, el snowboard, nadar entre tiburones, nada es demasiado arriesgado ni demasiado peligroso para él. Y ese riesgo también se extiende a sus gustos en el dormitorio. Alec encuentra el placer en la dominación y es en su club de BDSM donde da rienda suelta a sus deseos. Lo único que verdaderamente teme es enamorarse. El amor y que alguien llegue realmente a conocerle...Como labor de investigación y documentación para su próxima novela, Dylan mantiene un encuentro con Alec y éste la invita a probar los placeres que se ocultan tras ese delicioso fruto prohibido que es el mundo del BDSM. Alec quiere demostrarle que no hay placer más sublime que la sumisión y, con esa idea en mente, la tienta a probar el placer infinito. Pero, ¿sabrá él mantenerse firme ante la primera mujer que es capaz de hacerle doblar las rodillas?
Una escritora de novela romántica que busca información sobre el BDSM, y se ve obligada a recurrir a un DOOM para lograrlo, y por supuesto “catarlo”; porque no hay mejor manera de investigar que probar el material… me recordó a una periodista que en su día que utilizo el mismo “modus operandi”, y acabo con un marido, muy que muy malo (muhahahaha)
¡Oh Yeah! Dejando de lado la afición a los tríos de Shayla Black, fue como sufrir un flashback, lo que impidió que pudiese apreciar la novela como, quizás, merecía, y que mi atención a continuación recayese en la importancia de mover mi dedo para pasar las páginas, en vez de lo que tan gráficamente, me iban planteando