Se percibe el ahínco en Gore Verbinski y productores por engendrar una película comercial de la taquilla de Piratas del Caribe. Pero este afán se siente tanto que al atinar en varias similitudes con las entregas cinematográficas de los bucaneros pierde mística. Y, sobre todo, emoción. El llanero solitario cuenta con la particularidad de darle mayor cantidad de apariciones y fuerza en la pantalla a quien hace de Toro (Tonto en el original), quedando nuestro Lone Ranger como un acompañante pese a que el título de la cinta lleve su nombre. Quizás en otro intento más de conquistar al espectador, lógico resulta que el camaleónico Depp se lleve todas las miradas en esa búsqueda obsecuente por atraer y llamar la atención. El problema radica cuando el bueno de Johnny, incluso con su libre albedrío actoral desde la edificación de cada uno de sus personajes, extrañamente no contagia, siendo a partir de ese punto donde se quita el último ladrillo que conlleva al desmoronamiento de todo un pilar en materia de trama y entretenimiento.
LO MEJOR:un escenario aclimatado. Bien filmada. LO PEOR:perezosa en su andar. Muy extensa. No conecta, tensión nula. Previsible, no hay sobresaltos.
PUNTAJE:4