Lloro o llanto.
No encontramos diferencias entre los dos términos. Podemos utilizar indistintamente uno o el otro. Aunque normalmente utilizamos llanto de bebé. Cuando es de una intensidad más fuerte. Y cuando es más suave, entonces utilizamos llorar. Aunque en verdad es exactamente lo mismo según hemos visto en las definiciones. Aunque para mi, si que veo una diferencia (aunque no sea oficial) Por ejemplo, llorar es derramar lagrimas por una situación, un estado de animo, un dolor… Pero, cuando decimos que un bebé está llorando, no hace falta que esté gritando ni diciendo “buaaaa”. Sin embargo, cuando hablamos de llanto de bebé, por lo menos para mi, si que debemos oír al bebé. Debe expresar algún sonido característico además de las lagrimas. (Esto es una opinión personal.)
El por qué del llanto.
Debemos remontarnos a nuestros ancestros. Para darnos cuenta de que los humanos tenemos una serie de mecanismos o instintos. Que nos permiten sobrevivir al mundo en el que estamos. Bien pensado, los humanos, somos el animal más indefenso que hay en la Tierra. Necesitamos de apoyo durante mucho tiempo, antes de poder valernos por nosotros mismos. Lo que ha hecho que la sabia naturaleza, nos dote con cualidades como el instinto de succión o el mismo llanto cuando somos unos bebés. Que aunque no sepamos absolutamente nada del mundo ni de como sobrevivir. Sin proponérnoslo, podremos empezar a llorar y a gritar para conseguir que alguien nos ayude en alguna de las necesidades básicas que tendremos cuando somos tan solo unos bebés indefensos.
Los llantos en la comunicación.
Aunque hoy hablamos de los llantos en los bebés. Somos muy conscientes que los llantos son utilizados también por los adultos con diferentes fines. Como expresar un sentimiento, expresar un dolor… Aunque nosotros nos centraremos en los bebés.
Nuestro sistema de comunicación es el más complejo que conocemos en la Tierra. Y es por esto, que tardamos tanto tiempo en desarrollarlo. Está compuesto por un gran número de sonidos que deberemos aprender a través de escucharlos una y otra vez. Sabemos que en los tiempo ancestrales nos comunicábamos con gruñidos y estos los emitíamos desde prácticamente haber nacido. Pero, según se ha ido haciendo más complicado, cada vez ha llevado más tiempo el dominarlos. Hoy en día, un bebé empieza a emitir sus primeros sonidos en torno a los 4-6 meses. Aunque no es hasta el año que no empieza a decir sus primeras palabras. Y podemos decir que su culmen, cuando de verdad empezamos a entenderles es entre los 2 y los 3 años. Dependiendo mucho del niño. Es curioso, que independientemente del idioma que aprenda, los tiempos suelen ser los mismos. Y eso, que evidentemente, los sonidos que tiene cada idioma no son los mismos y algunos son más complejos que los otros.
La mezcla de los puntos anteriores. Hace que los llantos sean imprescindibles para la supervivencia de los bebés. El nacer indefenso y ser poco consciente de como interactuar con los demás. Y el tardar tanto tiempo hasta poder comunicarnos con los demás. Consigue que necesitemos un método básico durante estos años, para que cuando necesitemos algo los demás lo sepan y sean conscientes de nuestra necesidad.
¿Por qué es tan desagradable el llanto de un bebé?
El llanto de bebé, se mete en nuestro cerebro y es imposible desconectar ante ese ruido. Y esto no es una casualidad. Como decimos la naturaleza que es muy sabia. Tenia que buscar una forma de conseguir que se hiciera caso a un bebé cuando tiene un problema o necesita algo. Y en muchos casos seguro que se necesitará la ayuda rápidamente. Con lo que desarrollamos un sistema que hace que el bebé llame la atención de los demás. De una forma que no pueda ignorarse. El no poder expresar lo que queremos, los bebés, necesitan atención durante un tiempo, hasta que de verdad encontramos lo que les ocurre.
Es por lo que el llanto de los bebés es tan “insufrible”. Ya que en muchos casos, no sabremos lo que le pasa, si es hambre, si le duele la barriga, si… Con lo que tendremos un avisador, que nos dice, no se ha solucionado el problema. Y es cuando deja de llorar, cuando podemos estar seguros de que ya hemos resuelto el problema que tenía.