La noticia ha alegrado a los colectivos conservacionistas. Una juez federal anuló la decisión de la Administración Obama de retirar al lobo gris que habita en la región de los Grandes Lagos de la lista de especies en peligro de extinción, un fallo que prohibirá su caza (la del lobo, no la de Obama…) y la colocación de trampas en tres estados vitales en los que habitan: Michigan, Minnesota y Wisconsin, donde la población asciende a unos cuatro mil doscientos ejemplares.
Debemos recordar que el U.S. Fish & Wildlife Service (Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos) eliminó las protecciones federales a los lobos grises en 2012, y entregó su gestión a los estados. Ahora, la juez federal Beryl Howell, en Washington, D.C., dijo que la remoción fue “arbitraria y caprichosa”, y violó la ley federal sobre especies en peligro de extinción. A menos que sea anulada, su decisión impedirá que los estados programen más temporadas de caza del lobo, que estaba siendo aprovechada para abatir más ejemplares de los que una gestión adecuada recomienda.
Michigan, Minnesota y Wisconsin habían tenido al menos una temporada de caza desde el levantamiento de las protecciones, e incluso Minnesota y Wisconsin también han permitido la colocación de trampas. Como consecuencia, más de mil quinientos lobos de los Grandes Lagos han muerto, según tiene contabilizado el grupo Humane Society, el cual interpuso la demanda que derivó en el fallo de Howell, y desde donde se muestran complacidos de que la corte haya reconocido que la base para la decisión de quitar al lobo gris de la lista era deficiente, y que eso impediría su recuperación. La agencia federal de vida silvestre ha declarado que estaban decepcionados y que hablarán con el Departamento de Justicia federal y con los estados sobre si apelarán la decisión, ya que en su opinión la ciencia muestra claramente que los lobos se han recuperado en la región de los Grandes Lagos, y creen que estos estados han demostrado claramente su capacidad para gestionar con eficiencia sus poblaciones de lobos.
Las políticas en torno al lobo gris siguen causando, pues, debate y controversia. Una cosa está clara: en un mundo que presiona al lobo por todas partes y que elimina sus hábitats o lo somete a la presión del mundo moderno, su protección activa y su conversación siguen siendo una prioridad.