Hace ya años que llevo observando la inercia de nuestra sociedad. De cómo, considerando una sociedad más justa, otra muy distinta a la que estamos viviendo, cuando ha sido más patente, leáse aquí, tras comenzar la crisis, la sociedad en su conjunto más que a arremangarse, y preguntar, “dónde hay que arrimar el hombro”, lo que ha hecho ha sido dar su confianza a los mismos que nos han puesto en la situación en la que estamos actualmente.
Y si ya tenía ciertas ideas al respecto, estos últimos años, han hecho que profundice más en ello. ¿Por qué nos cuesta tanto movernos, arrancar?
La crisis es culpa de TODOS
¡Hombre! dicho así, pues sí, es culpa de todos. Lo único que pasa, es que hay algunos “todos” que son más culpables que otros todos. Hay unos “todos” que nos han metido una sociedad insostenible más que nada, porque no hay recursos para TODOS, y si unos se llevan mucho, otros necesariamente se han de llevar menos. Y claro eso “todos” lo saben muy bien, pero para que ellos tengan mucho, necesitan que todos, consumamos mucho, sobre todo muchas cosas que no necesitamos.
Así que “todos” diseñan una sociedad que nos meten por los ojos (medios de comunicación), que cuentan con que el ser humano es avaricioso casi por naturaleza, sobre todo cuando te están vendiendo también la moto (si ya te compras la casa, por poco más te compras un coche y además te metemos en el mismo crédito el coste de amueblarla)… eso no está escrito, claro, no, eso te lo han dicho los empleados con quien negociabas la hipoteca. Eran lo que te ofrecían. Y por ná… si te ponías a leerte la letra pequeña, no había manera. Con el gasto que era, ¿para qué consultar con un abogado? además, no habría servido de nada, si no es con esas condiciones tampoco tenías hipoteca. Así que… ¡oh, wait! qué resulta que ahora no sólo pierdes la casa, sino que tienes que seguir pagando la hipoteca, porque ahora la casa, no la cubre… y claro es que el banco no quiere casas, pero bueno, igual, si se queda la casa y además sigue cobrando… la pérdida no es tanta, ¿o si?
Pero claro, ya hemos dicho que TODOS somos culpables. Estoy de acuerdo. Por gilipollas. Por creer que por vivir “medianamente bien”, ya no teníamos que seguir luchando por un mundo mejor, por creer que nuestros representantes políticos nos protegían en lugar de venderse al capital. Por creer en los cuentos de hadas, que el bueno es bueno y el malo es malo y es algo que sabemos casi desde el prinicipio.
Sip, somos culpables porque nos han puesto la miel en los labios y luego nos han dicho que está dulce y que no nos va a costar casi nada. Somos culpables por no montar un poyo cuando comprobamos las condiciones a la hora de contrar un seguro y comprobar que luego es más estafa que otra cosa. Por no montar un poyo, cuando comprobamos que la electricidad que estamos pagando es al precio más caro, cuando ésta tiene varios precios y que en lugar de hacer un prorrateo, directamente hace los números de lo que les debemos, con el más alto…
Y si, podría seguir, pero creo que con estos ejemplos queda claro a dónde quiero ir a parar. Si de algo somos todos culpables es de haber sido confiados, de habernos despreocupado. Y sobre todo de haber dejado de pensar por nosotros mismos. De haber dejado de mirar por “nuestras cosas”, no sólo pensando en que es “nuestra cosa”, sino que un poco de nuestra cosa, con otro poco de la cosa del vecino, igual resultaba que lo que nos estaban vendiendo “todos” pues no era realmente lo que todos creíamos…
Y tan metido tenemos que esa es la sociedad que nos gusta, nuestro “cuento de hadas” que cuando de repente nos encontramos con que no tenemos suelo bajo nuestros pies, nuestra respuesta es volvernos hacia nuestros representantes, y confiar en que ellos van a saber arreglarlo. A veces porque nos dicen que es cuestión de “responsabilidad”, otras porque nos dicen que está claro que los empresarios saben mejor gestionar “los negocios”, porque no podemos vivir si un banco se va a la mierda, tampoco si se va una fábrica de coches, luego no podemos vivir sin Europa, así que hay que hacer lo que nos dicen, por más que veamos que las medidas que han puesto en otro países, más que arreglarlos, ha ayudado a hundirlos…. y no vemos salida. Y luego resulta que España gana un mundial, ¡joé que alegría, que efecto placebo!… nos meten una reforma laboral en plenas vacaciones, porque saben que la respuesta ahí va a ser mejor dado que “estamos felices”… o luego nos meten otra reforma laboral brutal y lo más importante es que los franceses se meten con nuestros deportistas… a esto en psicología y en todas partes, se le llama no querer afrontar la realidad.
Así que sí, la culpa es de TODOS, aunque no “todos” lo están pasando tan mal como todos.
Aviso, estes es el primer artículo de una serie sobre porqué leches, nos cuesta mover el culo del asiento y montar la dios, con la que está cayendo…