(JCR)
“¿Has oído las detonaciones?” La gente del mercado de Virunga, uno de los barrios al Norte de Goma intenta seguir con sus actividades mientras miran, preocupadas, hacia el volcán Nyiaragongo. El martes por la mañana los rebeldes del M23 intentaron pasar por la falda de esta gran montaña para
Después de seis meses de calma, el pasado lunes 20 de mayo tuvieron lugar nuevos enfrentamientos entre el ejército congoleño y el grupo rebelde M23. Fue en las localidades de Mutaho y Kibati, a apenas 10 kilómetros de Goma y las detonaciones, que podían oírse en la capital del Kivu Norte, sembraron la preocupación entre sus habitantes, que en noviembre del año pasado sufrieron la ocupación del M23 durante doce días. Los enfrentamientos, en los que se usa artillería pesada, han causado el desplazamiento de unas mil personas. Desde el año pasado medio millón de personas huyeron de sus hogares cuando empezaron los combates y la mayoría de ellos viven en los campos de Mugunga, a pocos kilómetros al Oeste de Goma. Los rebeldes dicen que fue el grupo guerrillero FDLR, formado por hutus ruandeses, quien empezó las hostilidades y que cuando respondieron el ejército congoleño les atacó. Pero el portavoz militar de las fuerzas armadas del Congo asegura que fueron los milicianos del M23 quienes lanzaron el ataque. Durante los primeros dos días, las cifras oficiales hablan de 19 muertos y 27 heridos, la mayoría entre las filas del M23. Hay que recordar que este grupo se formó hace un año cuando varios cientos de soldados de otro grupo rebelde (el CNDP) integrados en el ejército regular en 2009, desertaron alegando el incumplimiento de los acuerdos que les llevaron a integrarse en las fuerzas gubernamentales.
Lo que sí parece claro es que el M23 ha querido hacer una demostración de fuerza después de varios meses en los que ha sido debilitado por cientos de deserciones y por combates entre dos facciones en su seno. Los observadores en el terreno, incluida la MONUSCO, creen que este grupo, formado casi exclusivamente por tutsis –muchos de ellos ruandeses- intenta desorganizar el despliegue de la nueva brigada de la ONU, con un mandato ofensivo para combatir a grupos rebeldes en el Este del Congo. Durante las últimas semanas varios cientos de estos nuevos militares, todos ellos tanzanos, habían empezado a instalarse en las inmediaciones de Goma. Está previsto que a primeros de julio la brigada esté lista. Estará formada por 3000 mil soldados de Tanzania, Malaui y Sudáfrica. También es fácil adivinar que el M23 intenta recuperar su posición de fuerza en la eventualidad de que se reanuden las negociaciones de paz con el gobierno de Kabila, que se interrumpieron hace pocas semanas en Kampala. En Goma la gente está enfurecida con las demandas de estos amotinados, que demandan que se les conceda la administración de los dos Kivus, algo que la gente ve como un intento de Ruanda de controlar la parte más rica del país.
Este miércoles día 22 de mayo por la mañana la situación era estacionaria y el grueso de las fuerzas del M23 estaba concentrado en Kibati, 10 kilómetros al norte de Goma. Enfrente tienen al ejército congoleño. Esto ha causado una gran inquietud en Goma. El lunes mucha gente corrió a los bancos a retirar su dinero. El martes y el miércoles la mayor parte de los bancos y agencias de transferencia de dinero estaban cerradas. Yo fui a un cibercafé y cuando dije al dueño que quería conectarme tres horas me respondió que sólo podían darme media hora “porque es posible que tengamos que cerrar en cualquier momento”. Muchos expatriados de distintas ONG se han marchado de Goma como medida de precaución.
El vice-presidente de la sociedad civil del Kivu Norte, Omar Kavota, acaba de denunciar que unos 300 soldados ruandeses habrían cruzado la frontera por el puesto de Gasisi para combatir al lado del M23. Ruanda y Uganda fueron acusadas el año pasado por dos informes de la ONU de dar ayuda militar y logística al M23, algo que ambos países niegan. El M23 ha cortado también la carretera que va al norte de Goma, y en la localidad de Rutshuru, unos 70 kilómetros al norte, más de 30 camiones esperaban sin poder pasar. En Goma la gente está convencida de que han hecho esto para evitar testigos incómodos que puedan ver la llegada de soldados y material desde Ruanda.
La ofensiva del M23 se produce justo cuando llega Ban Ki Moon en visita oficial al Congo. Llegó a Kinhasa el día 22, acompañado del presidente del Banco Mundial, el también coreano Jim Yong Kim y está que lleguen a Goma este jueves 23. La gente de Goma sigue quejándose de que los militares de la MONUSCO hasta la fecha no han hecho nada para detener el avance del M23. La situación en el Este del Congo sigue siendo de una gran incertidumbre. El M23 no es el único grupo rebelde que causa inseguridad en el Kivu Norte, donde se registra la presencia de otras once milicias. La semana pasada un ataque de la milicia Mai Mai a la ciudad de Beni, a 450 kilómetros al Norte de Goma, causó 40 muertos, y también en la zona de Masisi la situación es muy tensa a causa de la presencia de milicianos del FDLR y de la Alianza de Patriotas por un Congo Libre y Soberano (APCLS). Por siglas de grupos armados, que no quede. Después de su visita a Goma, Ban Ki Moon seguirá a Kigali y Entebbe. Es muy probable que recuerde al presidente ruandés Paul Kagame el compromiso que su país y otros diez adoptaron en la reunión de Addis Abeba el pasado mes de enero, cuando firmaron un documento comprometiéndose a no apoyar a ningún grupo rebelde en el Congo. El guión ya lo conocemos: Kagame seguirá negando de forma furibunda su apoyo al M23 y repetirá su débil argumento de siempre de mentiroso profesional, que los problemas del Congo empezaron antes de nacer él. Mientras tanto en Goma, la gente sigue cansada de ser el centro de agresiones que empezaron en 1996 y que según parece están muy lejos de terminar, a pesar de visitas de alto nivel y de declaraciones que se quedan en papel mojado.