La vedette argentina Celia Gámez, en el Teatro Pavón, en 1933
Entre unas cosas y otras al final se me acumulan las reseñas y he llegado a 2011 con un montón de cosas pendientes. Soy de las que piensan que lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva, así que mi lista de libros ha ido a la basura, aunque ya tengo una nueva con más de veinte títulos. Algunos libros que leí el año pasado se van a quedar sin reseña, empezamos de cero. Pero lo que no quiero es dejar de hablar de algunas exposiciones que pude ver el año pasado y que por falta de tiempo no pude reseñar.
Hasta el 16 de enero aún podéis ver la muestra "El Madrid de Santos Yubero" en la sala de exposiciones Alcalá 31, de martes a sábados de 11.00 a 20.30 horas y domingos y festivos de 11.00 a 14.00 horas. La entrada es gratuita.
La exposición se compone de 160 fotografías del fotógrafo Martín Santos Yubero (Madrid, 1903-1994), divididas en dos zonas: 'España entre dos dictaduras' y 'Los días del franquismo'.
Ceremonia de toma de posesión de Manuel Azaña en su cargo de Presidente de la Segunda República en mayo de 1936
Recoge imágenes positivadas a partir de los negativos originales que se conservan en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, y comprenden el periodo que va de 1925 a 1975, por lo que constituyen todo un recorrido por la historia de nuestro país.
Santos Yubero podría haber sido un raterillo más de la época, acuciado por la pobreza, sin embargo, un empleo en una tienda le sacó de las calles, y optó más adelante por la fotografía. Su primera cámara fue una Kodak de cajón que le costó veinte pesetas. Posteriormente pudo hacerse con una Rodeston alemana de 10x15.
Colaboró con La Nación, ABC, La estampa, Ahora, La Tierra, Ya, Diario de Madrid, La Voz, La Libertad o Crónica, siempre trabajó por libre. Cuando se inició la Guerra Civil, el diario Ya en el que trabajaba fue incautado, y tuvo que volver a usar sus viejas cámaras de placas. Junto a los hermanos Benítez Casaux creó una agencia gráfica que enviaba sus fotografías a distintos diarios.
Una vez terminada la Guerra Civil, volvió a su antiguo trabajo en el diario Ya, en el que dirigió a un equipo de profesionales integrado entre otros por Gabriel Carvajal, Luis Milla, Lucio Soriano, Ignacio Teresa y Sanz Bermejo. Era una persona un tanto dictatorial, ya que durante muchos años no dejó que sus colaboradores firmaran sus fotografías, algo escandaloso hoy en día.
Resulta curioso que el fotógrafo lograra trabajar tanto durante la República como posteriormente con el franquismo, lo que se achaca a que siempre trabajó de forma independiente, aunque colaboró con muchas publicaciones, y que no se implicaba políticamente
Las imágenes nos dejan ver otro Madrid, uno que los más mayores pueden recordar, pero que muchos sólo hemos visto en imágenes fijas. Como siempre, sorprende la inmensa pobreza de la población y el fervor político, tanto franquista como republicano. Las imágenes hablan por si solas.