Título: El maestroAutor: Márius MolláEditorial: Ediciones BAño de publicación: 2015Páginas: 440ISBN: 9788466656269
Por fin, después de unas vacaciones veraniegas que han durado más de tres meses, el blog vuelve a estar abierto. Y, como habéis podido ver, con un nuevo look que espero que os guste. No sé con qué frecuencia publicaré reseñas, me encantaría, pero no puedo prometer que volverán a ser todos los domingos, porque ahora todo mi tiempo es para mi peque, que con sus 21 meses requiere toda la atención y la energía para descubrir el mundo.
Pero bueno, mientras encuentro tiempo para escribir la siguiente reseña de las 21 que tengo pendientes de compartir con vosotros, hoy os traigo mi opinión sobre El maestro, de Márius Mollá.Tengo que confesaros que al ver que se me acumulaban tantísimas reseñas en un primer momento pensé publicar los domingos entradas con cinco minireseñas. Hasta que me puse a escribir la primera y me di cuenta de que no soy capaz de escribir minireseñas, lo siento, necesito enrollarme para poder transmitiros lo que un libro me ha transmitido a mí. Así que no sé con cuánta frecuencia, pero seguiré dándonos la chapa. Espero que podáis perdonarme...
De este autor, aunque bajo seudónimo, había leído El taller de los libros prohibidos, que me encantó. Este libro me tocó en un sorteo organizado por Los libros al sol y lo leí en abril. Tenía unas expectativas altísimas por las reseñas que había ido viendo, aunque no me gustó tanto como esperaba, sí que me hizo disfrutar mucho.La historia nos traslada hasta el año 1914, en pleno corazón de Barcelona, en el macizo del Montseny. Allí vive una pequeña comunidad de leñadores que son como una familia. Los hombres trabajan duro en el monte mientras las mujeres se ocupan de la casa y los pequeños aprenden y descubren el mundo en la escuela y, sobre todo, en la naturaleza. Viven tranquilos, de forma sencilla, con sus rutinas, sus problemas y preocupaciones, que siempre intentan solucionar entre todos, aislados del mundo, de sus guerras y sus luchas. Y eso es precisamente lo que trata de hacer el protagonista, Emili Boix, recién llegado de Francia. Aislarse, huir, escaparse y esconderse de su pasado, olvidar todos los sueños y los ideales que no ha podido cumplir. En el otro hilo de esta historia conocemos a Pablo Bruniquer, un joven profesor lleno de pasión y vocación por la cultura y por transmitírsela a todo el mundo, no solo a sus pequeños alumnos. Él será el mejor pupilo de Francisco Ferrer Guardia, el pedagogo fundador de la Escuela Moderna en la Barcelona de comienzos del siglo XX. Juntos intentarán romper las férreas tradiciones que gobernaban la educación en la época. Separación por sexos, presencia absoluta de la religión y de la Iglesia y, en definitiva, una educación conservadora que no dejaba ningún resquicio a la imaginación ni de los niños ni de sus maestros. Esta parte de la novela es Historia pura y dura, así, con mayúsculas, de una época crucial para nuestro país y para el resto de Europa. Llena de acontecimientos y de personajes históricos, nos ofrece una lección magistral sobre cómo era la educación, la cultura, la política y, en definitiva, la vida, el día a día, a principios del siglo XX. Aunque he de confesaros que este hilo me ha gustado menos que el otro, no por ello quiero quitarle mérito al autor a la hora de documentarse y hacernos viajar hasta una época que aunque nos parece tan lejana por las diferencias con la nuestra, en realidad no lo es tanto. Si me ha gustado más el hilo protagonizado por Emili Boix que el de Pablo Bruniquer es porque los personajes del Montseny son tan reales, tan cercanos, tan humanos y, por encima de todo, tan entrañables que es imposible no cogerles cariño y no querer forma parte de su comunidad, de su familia. La naturaleza, las relaciones que se establecen entre ellos, la camaradería, la ambientación... Forman no solo una familia, sino un hogar, tan cálido, tan acogedor, que no querremos marcharnos nunca. Y eso es precisamente lo que le ocurre a Emili Boix quien, huyendo de su pasado, descubre un futuro y un destino por el que vale la pena seguir luchando a pesar de los inconvenientes, los obstáculos, las pérdidas y el dolor.Nunca sabemos dónde vamos a encontrar nuestra verdadera vocación, esa que nos apasiona, que nos hace vivir y volver a creer en que los sueños y los ideales pueden cumplirse con la ayuda de los niños. Porque ellos, los más pequeños, son los más grandes y los más fuertes para cambiar el mundo si cuentan con la ayuda de un gran maestro.Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.