En El maestro jardinero (2022), Paul Schrader vuelve a Centauros del desierto (1956). La obra maestra de John Ford ha obsesionado al director desde hace décadas: el guión de Taxi Driver (1976), y en menor medida, también el de Rolling Thunder (1977), nos motraban a un veterano de guerra, conservador y racista, relacionado con una mujer joven a la que debe salvar, y que acaba implicándose en una misión de venganza contra un submundo criminal que sutituía a los temibles -y odiados entonces- indios. Los personajes de Schrader en estas películas son individuos solitarios y consumidos por el odio. También es el caso del padre coraje interpretado por George C. Scott en Hardcore (1979) que intenta rescatar a su hija del mundo del porno. Décadas después, Schrader es un artista maduro que ha conseguido alcanzar la sencillez narrativa y expositiva de un maestro del cine clásico. Todo lo que nos cuenta lo hace con una calma zen, y en El maestro jardinero esa forma reposada de planificar y montar contrasta con la violencia que esconde el personaje protagonista, Narvel Roth -estupendo Joel Edgerton-, un tipo que, por fuera, es un pacífico experto en botánica, pero que oculta, bajo sus ropas, las cicatrices del odio en forma de terribles tatuajes. El jardín que ha cuidado y perfeccionado Roth es una metáfora de su dominio sobre su naturaleza violenta, sobre sus peores instintos. Como un samurái, Narvel se ha convertido en el jardinero de su propio espíritu. Como personajes anteriores de Schrader, Narvel lleva un diario íntimo de su existencia, como ya hiciera el Travis Bickle que fue Robert De Niro, o el reverendo Toller (Ethan Hawke) en la magnífica First Reformed (2017). Todos ellos remiten, claro, a Diario de un cura rural (1951) del admirado Robert Bresson. Y como el Ethan Edwards al que dio vida John Wayne, Narvel también tendrá que rescatar a una joven -Quintessa Swindell- del camino torcido. El maestro jardinero es la increíble constatación de que la repetición de los mismos temas, ideas y obsesiones, puede dar lugar a nuevas obras de gran calidad artística.
El maestro jardinero -centauros del desierto
Publicado el 12 junio 2023 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertranEn El maestro jardinero (2022), Paul Schrader vuelve a Centauros del desierto (1956). La obra maestra de John Ford ha obsesionado al director desde hace décadas: el guión de Taxi Driver (1976), y en menor medida, también el de Rolling Thunder (1977), nos motraban a un veterano de guerra, conservador y racista, relacionado con una mujer joven a la que debe salvar, y que acaba implicándose en una misión de venganza contra un submundo criminal que sutituía a los temibles -y odiados entonces- indios. Los personajes de Schrader en estas películas son individuos solitarios y consumidos por el odio. También es el caso del padre coraje interpretado por George C. Scott en Hardcore (1979) que intenta rescatar a su hija del mundo del porno. Décadas después, Schrader es un artista maduro que ha conseguido alcanzar la sencillez narrativa y expositiva de un maestro del cine clásico. Todo lo que nos cuenta lo hace con una calma zen, y en El maestro jardinero esa forma reposada de planificar y montar contrasta con la violencia que esconde el personaje protagonista, Narvel Roth -estupendo Joel Edgerton-, un tipo que, por fuera, es un pacífico experto en botánica, pero que oculta, bajo sus ropas, las cicatrices del odio en forma de terribles tatuajes. El jardín que ha cuidado y perfeccionado Roth es una metáfora de su dominio sobre su naturaleza violenta, sobre sus peores instintos. Como un samurái, Narvel se ha convertido en el jardinero de su propio espíritu. Como personajes anteriores de Schrader, Narvel lleva un diario íntimo de su existencia, como ya hiciera el Travis Bickle que fue Robert De Niro, o el reverendo Toller (Ethan Hawke) en la magnífica First Reformed (2017). Todos ellos remiten, claro, a Diario de un cura rural (1951) del admirado Robert Bresson. Y como el Ethan Edwards al que dio vida John Wayne, Narvel también tendrá que rescatar a una joven -Quintessa Swindell- del camino torcido. El maestro jardinero es la increíble constatación de que la repetición de los mismos temas, ideas y obsesiones, puede dar lugar a nuevas obras de gran calidad artística.