Es frecuente que en las biografías de autores importantes o representativos se identifique la figura del "Artista perseguido". Mijaíl Bulgákov no solo tuvo presente ésta a la hora de elaborar sus biografías sobre escritores como Cervantes, Moliére o Pushkin, sino que el hecho de ser un artista censurado atravesó su propia historia: todas sus obras fueron objeto de críticas desfavorables. Al parecer fue en 1928 cuando Bulgákov comenzó a escribir la que sería la más importante de sus novelas, El maestro y Margarita.
El libro narra los hechos en un Moscú contemporáneo al autor, en donde la censura es tan atroz que no queda otra que acudir a reflejarla en el horror que viven algunos de sus personajes encerrados en un manicomio. Es una historia que a su vez contiene muchas otras, pero principalmente se distinguen tres que dan lugar a diferentes interpretaciones o sobreinterpretaciones, como suele ocurrir.
Inicialmente se narra la extraña aparición del Diablo y sus acompañantes en Moscú; por su extravagante apariencia llama la atención y da la sensación de ser un extranjero. En su visita el Diablo se encarga de desenmascarar lo que los humanos intentan ocultar, como la irresponsabilidad, el descuido, el egoísmo, la pereza y el miedo; sin embargo, con su poder el Diablo no sólo practica el mal, sino que también es benévolo con quienes lo merecen, como el Maestro y su amada, protagonistas de su propia historia de amor. La historia de Poncio Pilatos en los últimos días de Cristo atraviesa la novela y amplía las posibilidades de asociación entre las demás historias.
El libro puede parecer desordenado e inconexo, y esto suele ser justificado diciendo que, debido a la persecución y la censura, éste no se encuentra como a Bulgákov le hubiese gustado publicarlo. La desesperación lo obligó a quemar su obra y luego la reconstruyó de memoria. Murió sin dejar este asunto en orden.
El maestro y Margarita además de ser interpretada como una sátira a la organización social que estaba formándose bajo el mandato de Stalin, es considerada una de las grandes novelas del siglo, con una riqueza simbólica y una capacidad de sugerencia inigualables. Las historias narradas y los personajes que las componen permiten entender sentimientos tan devastadores como la culpa y tan alentadores como el perdón; también que la inocencia puede traer consecuencias serias y afectar el entorno, lo mejor es tener cuidado la próxima vez que se hable con un desconocido, podría ser el Diablo que en su momento conmocionó Moscú.
Laura Montoya Echeverri. Libélula Libros