Hoy os presento a un virtuoso que tocaba el banjo, la guitarra, el ukelele y casi cualquier cosa que tuviera cuerdas, por lo que fue conocido como El mago de las cuerdas.
Se llamaba Roy Smeck y nació en Pensylvania en 1900 como Leroy Smeck. Sus influencias musicales –de jazz, ragtime y música hawaiana– eran muy sólidas, pero no cantaba demasiado bien, por lo que orientó su carrera hacia las piezas instrumentales, donde sabía que podía brillar más.
Durante los años 20 y 30 fue tan popular, que hasta tocó en la presentación del presidente Roosevelt en 1933 e hizo giras por Europa (actuó también en la coronación de Jorge VI). En los inicios del cine sonoro se le pudo ver en cortometrajes como That Goes Double (1933) y, en los años 30, fundó su propio grupo, The Vita Trio.
En 1985 el documental sobre su vida The Wizard of the Strings fue nominado al Oscar. Murió a los 94 años y en 2001 fue nombrado miembro del Salón de la Fama del banjo.
Vamos ya con alguna de sus más de 500 grabaciones, que realizó para los principales sellos discográficos del momento: Victor Recordings, Decca Records o Edison Recordings (en el Salón de la Fama del Ukelele, del que también fue miembro, se conserva el cheque de 25 dólares que Thomas Alva Edison le pagó por sus grabaciones). Estas fueron recopiladas en su mayoría en The Magic Ukelele of Roy Smeck (2003).
Escuchemos su versión de Twelfth Street Rag, un ragtime compuesto en 1914.
Ahora, dos valses al ukelele. El primero de ellos lleva por título Music Box Waltz.
El segundo es Waltz of Yesteryear.
Los aficionados al cine conocerán el musical La calle 42 (1933), a cuya banda sonora pertenece Shuffle Off to Buffalo. Roy Smeck la adaptó al ukelele con este resultado.
Como dije antes, su formación musical era exquisita. Escuchemos su adaptación al ukelele de Melody in F, compuesta por Anton Rubinstein en el siglo XIX.
Otro de sus temas con este instrumento fue I Ain’t Got Nobody, versión de una canción compuesta en 1915.
Por último, escuchemos Bye Bye Blues, obra de Fred Hamm, Dave Bennett y Bert Lown de 1925.