Revista Cine

El mago de oz (1939), de victor fleming. dorothy en el país de las maravillas.

Publicado el 18 junio 2010 por Miguelmalaga
EL MAGO DE OZ (1939), DE VICTOR FLEMING. DOROTHY EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS.
Pocas películas como ésta acumulan tanta magia que se transmite intacta de generación en generación. Recuerdo que cuando la veía de niño sus imágenes me provocaban una mezcla de temor y fascinación. Extraordinaria es la escena en la que la casa voladora cae sobre el país de Oz. Cuando Dorothy abre la puerta, el blanco y negro imperante hasta ese momento se transforma en un magnífico technicolor, algo que no puede igualarse ni siquiera con nuestra actual tecnología.
Como puede suponerse, el rodaje de esta película fue muy complicado, sobre todo por la cuestión de los maquillajes, un verdadero tormento para los protagonistas. En una de sus espectaculares apariciones con fuego, la actriz que interpreta a la bruja mala estuvo a punto de morir, debido a que su maquillaje estaba hecho con cobre, que es conductor del calor.
Mención especial para una joven Judy Garland, muy inspirada transmitiendo candidez en su interpretación y alegría en sus números musicales y al perro Totó, un personaje imprescindible que rebosa ternura.
En realidad la historia de Oz tiene muchos puntos en común con la de Alicia en el País de las Maravillas: niñas que despiertan en un mundo de fantasía y han de superar una serie de pruebas para volver a casa. Solo que en el caso de Alicia hay un grado más de locura e incluso de crueldad.

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