Una carretera rural del sur de Francia, un hombre surge de la oscuridad y desencadena una serie de extraños acontecimientos, convirtiendo en una pesadilla las vidas del escritor Bert Amandale y su amigo Chucks Basil, una estrella de rock en horas bajas.
Santiago se sirve de un escenario idílico e inquietante, en el corazón de la Provenza, para atraparnos en una historia que se lee compulsivamente y en la que late, de fondo, el destino de unos personajes marcados por sus errores.
Editorial: B de Bolsillo (2017)
Nº de páginas: 432
Formato: Bolsillo / Versión Kindle
Precio: 11,40 € / 5,69 €
Sobre el autor: Mikel Santiago
Son cada vez más las personas que me recomiendan leer a Mikel Santiago, y les respondo que tienen buen gusto, aunque llegan tarde. No solo he leído largo y tendido a este excelente autor, sino que me puedo considerar afortunado por haberle oído, hasta ahora virtualmente y por haber escuchado algunas de sus novelas mediante plataformas digitales. Con ello solo pretendo poner de relieve la figura del escritor y su repercusión sobre el lector, origen y final resumidos en el boca a boca que termina muriendo en un humilde escribano y reseñador: yo.
No es la primera, ni la segunda, ni tan siquiera la tercera referencia a Mikel Santiago que llevo a cabo en este blog. Por algo será. Tiene un don especial para llevarme de la mano de sus personajes y, consiguientemente, hacerme vivir otras vidas, aunque la mía me baste para darme por satisfecho. Son las cosas de la literatura.
Me gusta referirme a Mikel como el escritor de las premoniciones (él no lo sabe, al menos que yo lo apodo de este modo) pero es cierto que los visionados de futuro se hacen presentes de modo recurrente en sus novelas, dándoles ese toque de identidad que muchos buscan y no encuentran durante incalculable tiempo.
El mal camino es una historia de suspense al más puro estilo Mikel Santiago, sin que falte ningún perejil en la receta que ha depositado sobre el atril mientras procede a añadir ingredientes de modo desaforado. Claro que habrá malos y muy malos. En el bando de los buenos, locos, muy locos y hasta cuerdos, pero especialmente llama la atención el reverendo, sospecho que influenciado por los acontecimientos sectarios que tuvieron lugar en la Guyana francesa relacionados con el líder Jones, personaje en el que hasta el idolatrado Mankell hace hincapié en una de sus novelas.
Irlanda, Cornualles, París... Esta vez es la Provenza el escenario idílico en el que perpetrar fechorías. Dos amigos, escritor y estrella del rock, con pasado y ¿presente? Psicodélicos, unidos por extrañas circunstancias con mayor repercusión de la que pueda presuponerse en un principio, y la inclusión de familiares y allegados en la trama, casi siempre para cantarle las cuarenta a un protagonista que carga con la culpa propia y la de todos con tal de demostrar que sus argumentos son válidos y merecen ser tenidos en consideración.
Siempre es efectiva la típica comunidad idílica de acogida, el vecindario sin tacha que rodea a la familia que llega para comenzar un nuevo episodio de sus vidas. Un recurso que no suele fallar.
Y claro, en una novela de suspense no todo va a ser color de rosas...
El lector se identifica rápido con el protagonista (bravo, Mikel) y se convertirá en él si así lo desea. Todos tenemos ese gen detectivesco que se expresa siempre cuando es dominante y casi siempre cuando es recesivo. En la trastienda, las historias paralelas que terminan justificando el título: El mal camino, la mala vida...
Me hubiese gustado que junto a la novela se adjuntase un pendrive con los temas que nuestro músico recopila para que ese disco en ciernes vea la luz (como ello es imposible, temas alternativos que suene mientras leemos, mientras devoramos: somos omnívoros).
Gran libro y mejor autor, nada nuevo bajo el sol. Creo, sinceramente, que va siendo hora de entrevistar a Mikel Santiago en este blog. Le lanzo el guante y os mantengo informados.
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