Cuando empecé a oir hablar de la nueva novela de Mikel Santiago y después del buen sabor de boca que me había dejado La ultima noche de Tremore Beach, se me encendieron todas las alertas.
Al ver que 250 privilegiados iban a recibir una edición no venal de la novela y tener la suerte de poder leer antes de su publicación la novela, nos pusimos "verdes" de envidia. Lo que no sabíamos, en ese momento, era que íbamos a estar entre esos afortunados.
Desde aquí tenemos que dar las gracias a Ediciones B y a Carmen Romero, esta deferencia que tuvieron con nuestro blog, así como la invitación a la presentación tan especial que se hizo de esta novela.
EL AUTOR
Ha vivido en Irlanda, de donde sacó las ideas para escribir su primera novela, y actualmente reside en Ámsterdam, donde trabaja en el mundo del software. Cuando no está entre ordenadores, se dedica a escribir y a tocar la guitarra con su banda de blues-rock.
La última noche en Tremore Beach, su debut literario, se convirtió en un fenómeno antes de su publicación y ha hecho que se le compare con maestros como Stephen King, Jöel Dicker o John Connolly.
ARGUMENTO
"En una carretera rural del sur de Francia, un hombre surge de la oscuridad y desencadena una serie de extraños acontecimientos, convirtiendo en una pesadilla las vidas del escritor Bert Amandale y su amigo Chucks Basil, una estrella de rock en horas bajas.Santiago se sirve de un escenario idílico e inquietante, en el corazón de la Provenza, para atraparnos en una historia que se lee compulsivamente y en la que late, de fondo, el destino de unos personajes marcados por sus errores".
MIS IMPRESIONES
¿Qué pasaría si tu mejor amigo te contará que ha atropellado a alguien que ha surgido de la nada, en una noche cerrada? ¿y si además no existe ni víctima ni rastro de ese accidente? ¿y si, por si fuera poco, este amigo ya ha tenido algún que otro problema mental, ocasionado por el consumo de alcohol y drogas? ¿Estarías dispuesto a creerle sin más?Sobre esta premisa Mikel Santiago construye una genial novela en la que el misterio, el suspense, la intriga y la adicción a la lectura están aseguradas.
Como ya sucediera en La última noche en Tremore Beach la ambientación que crea Mikel Santiago juega una de las bazas más importantes de El mal camino, que junto con la continua duda que se crea sobre la veracidad o no de los hechos, de que se trate de paranoias de quienes los viven, convierten la novela en un thiller emocionante y fascinante.
La novela está narrada en primera persona, por lo que pensaremos, sentiremos, viviremos a través de Bert, y por lo tanto toda la historia la viviremos a través de sus ojos y sus pensamientos, conociéndola solamente desde su perspectiva, como él la siente y la vive, consiguiendo, de esta manera, que desde las primeras páginas nos impliquemos en la historia y tomemos partido.
Mikel Santiago es hábil y con su forma de escribir logra manipularnos, ya que al conocer al resto de los personajes desde la percepción que el protagonista tiene de ellos, hace que la idea que nos montamos sobre los mismos sea la suya, la que el autor quiere transmitir al lector, dirigiéndonos así a través del personaje, y sin que nos demos cuenta, hacia donde él quiere.
Como el mismo Bert, dudamos de los que están a su alrededor, de lo que cuentan, de lo que esconden o parecen esconder y hasta de él mismo cuando en algún momento duda de si lo que le pasa es real o sólo un mal sueño.
No podremos dejar de preguntarnos. Si vivieramos algo así, ¿Sería fácil que nos creyeran? o ¿Qué tendría que pasar para que los otros pensaran que lo sucedido no es fruto de nuestra imaginación?
Y esta sensación sólo se puede transmitir como Mikel Santiago lo ha hecho, gracias a unos personajes como los que han salido de su pluma.
Mikel Santiago, como ya sucediera en La última noche de Tremore Beach, crea una ambientación en la que el suspense, el misterio, la duda, son parte fundamental de la novela, y calan de tal manera en el lector que las hace suyas. Logra crear una tensión desde el inicio que no decae en toda la novela, con un ritmo narrativo que no flojea en ningún momento, al contrario, va en aumento.
El autor consigue que un paisaje idílico y tranquilo como debería ser Saint Remy, en La Provenza, al que Bert se ha trasladado a escribir y ver si puede solucionar definitivamente sus problemas conyugales, a la vez que aleja a su hija de los malos ambientes que frecuentaba últimamente en Londres, se convierta también en un lugar opresivo, un pequeño pueblo donde todos se conocen y por ese mismo motivo parecen estar siempre bajo el objetivo de los demás, donde todo se sabe, donde o perteneces "al grupo" o no eres nadie y además te miran raro.
Sin extenderse en explicaciones, en detalles, sin ser excesivamente descriptivo, sino con una prosa sencilla y directa lo mismo hace de un campo de canolas el lugar más maravilloso en el que puedes encontrarte que ese sitio en el que nunca quisieras haber estado. Es increíble como pasan a ser perturbadores situaciones, lugares o momentos que en principio no lo eran, como logra crear esa atmósfera, esa tensión y la traslada al lector.
En conclusión, si estás buscando una lectura ágil, que te atrape, de esas que no quieres dejar de leer, en la que el misterio y la tensión están aseguradas, en la que el autor nos lleva por donde quiere, nos engaña, nos despista, introduce algunos giros inesperados, pero al final no le hace falta sacarse ningún truco de la manga para conseguir un desenlace creíble en el que todo quede atado y bien atado. No lo dudes, esta es tu novela.
PRIMEROS CAPITULOS