Los calificativos se agotan al llegar el día más esperado para la afición del Málaga, el momento soñado, imaginado, ansiado, deseado... Ya no hay que seguirlos por televisión ni acudir a otros lugares para vivir los partidos de la Champions en estado puro, al máximo nivel. Basta con asistir a La Rosaleda, una de las sedes de la mejor competición del mundo por clubes. Llega a Martiricos nada menos que el legendario Milan en el compromiso más representativo y trascendental de la historia de la entidad malagueña, en la cita de su vida. Para el futuro solo se puede igualar esta situación, ya que es imposible superarla. El Málaga llega a este espectacular duelo de la Liga de Campeones como líder de su grupo y quizás también favorito para el triunfo. Es un momento insuperable, indescriptible y memorable. Para ello, el estadio de Martiricos se vestirá de gala y se llenará hasta la bandera. Los seguidores quieren estar presentes en un acontecimiento que puede ser irrepetible y también para apoyar a sus colores una vez más en busca de un triunfo. Pero lo mejor de la historia que hoy se escribe se centra en que el Málaga no llega a este punto como un mero comparsa, como un equipo en crecimiento que solo aspira a participar en su primer acercamiento a la Champions. No, seguro que no. El equipo blanquiazul afrontar el envite al máximo nivel competitivo, intentando sumar tres nuevos puntos que le permitirían hacer pleno en el ecuador de la fase de grupos. Goleó al Zenit en casa y al Anderlecht en Bruselas (3-0 y 0-3), y ahora afronta su reválida, su examen más exigente ante una leyenda viva del fútbol, el equipo que más títulos internacionales tiene del mundo.
Los calificativos se agotan al llegar el día más esperado para la afición del Málaga, el momento soñado, imaginado, ansiado, deseado... Ya no hay que seguirlos por televisión ni acudir a otros lugares para vivir los partidos de la Champions en estado puro, al máximo nivel. Basta con asistir a La Rosaleda, una de las sedes de la mejor competición del mundo por clubes. Llega a Martiricos nada menos que el legendario Milan en el compromiso más representativo y trascendental de la historia de la entidad malagueña, en la cita de su vida. Para el futuro solo se puede igualar esta situación, ya que es imposible superarla. El Málaga llega a este espectacular duelo de la Liga de Campeones como líder de su grupo y quizás también favorito para el triunfo. Es un momento insuperable, indescriptible y memorable. Para ello, el estadio de Martiricos se vestirá de gala y se llenará hasta la bandera. Los seguidores quieren estar presentes en un acontecimiento que puede ser irrepetible y también para apoyar a sus colores una vez más en busca de un triunfo. Pero lo mejor de la historia que hoy se escribe se centra en que el Málaga no llega a este punto como un mero comparsa, como un equipo en crecimiento que solo aspira a participar en su primer acercamiento a la Champions. No, seguro que no. El equipo blanquiazul afrontar el envite al máximo nivel competitivo, intentando sumar tres nuevos puntos que le permitirían hacer pleno en el ecuador de la fase de grupos. Goleó al Zenit en casa y al Anderlecht en Bruselas (3-0 y 0-3), y ahora afronta su reválida, su examen más exigente ante una leyenda viva del fútbol, el equipo que más títulos internacionales tiene del mundo.