¿Cuántas veces habéis oído eso de “no tengo tiempo” (para esto, para lo otro, para …)? A mí, personalmente, me agota escuchar el “no tengo tiempo” porque en realidad lo que se pretende decir es “NO QUIERO HACERLO”. Detrás de ese NO QUIERO estaría el “No me aporta nada” o el “Prefiero hacer algo que es mucho más importante y prioritario”. Cualquiera de estas dos últimas afirmaciones, y todas sus variaciones que son muchas, son bastante más honestas y sinceras que el simple “no tengo tiempo”. El tiempo uno lo saca de donde sea cuando realmente QUIERE hacer algo, cuando lo desea de verdad. Pero nos enfrascamos en medias verdades que al final son más tóxicas y dañinas que decir la pura verdad.
Esto de “no tener tiempo” es aplicable a todo en la vida, tanto a la personal como a la profesional. De la primera, que también tiene su qué, no hablaré, me quedaré con su aspecto profesional y empresarial, del uso que le dan las marcas (luego cada cual que lo aplique a lo que quiera que, al fin y al cabo, sirve para todo).
Algunos de mis amigos creen que me paso el día colgado en la red. Es posible que algunos días sí, o a momentos concretos, pero la verdad es que yo puedo leer un post, tuitear o actualizar mi estado en Facebook mientras ando por la calle, voy en transporte público o espero para entrar en una reunión. O mientras me tomo el café de media mañana o veo la televisión tumbado en el sofá. Para eso se han inventado las tabletas y los Smartphone. Pero vale, ese es mi caso concreto. Nota: Lo deseable es que las marcas se lo tomen más en serio y dediquen recursos a ello. Que no me tomen como ejemplo, eh?.
Así que cuando un profesional o una marca dice que no le dedica tiempo a su actividad online porque no lo tiene, en realidad está diciendo “no me importa lo que mis clientes puedan decir mí”, “no quiero aprender de lo que otras personas puedan decir de un producto o servicio similar”, “no quiero…” cualquier cosa que os imaginéis. Es pura falta de interés o de creencia en el medio. La inversión en medios sociales se basa, simplificándolo mucho, en TIEMPO. El tiempo que una persona tiene que dedicarle a escuchar, a moderar o a activar los sitios sociales de una marca en Internet. Y lo que a menudo encontramos son personas, profesionales y empresas que dicen que no tienen tiempo para mantener sus sitios cuando quieren decir que no quieren invertir en ello. Y no invierten porque NO CUESTA DINERO DE FORMA DIRECTA. A cualquier marca le va a costar reconocer que su inversión en prensa o radio es “una perdida (dinero) tiempo” porque como le ha costado dinero sacado del banco ya buscará cualquier forma de justificar esa inversión. Pero para la presencia online se acaba dedicando recursos de “cualquier persona”, así que al final esa misma persona o la gerencia de la empresa acaba diciendo que “no tenemos tiempo para estar en redes”. No, la verdad es que no se lo cree y, además, como no le pica el bolsillo no le da importancia.
Algo similar ocurre cuando profesionales, consultoras o agencias hacen proyectos para empresas y después éstas acaban abandonan los sitios en los que están o simplemente no implementan el proyecto propuesto. Algunas empresas pueden decir que no les sirven, que no tienen retorno. Claro que no tienen retorno si no dedican tiempo para activar sus sitios y no tienen paciencia para ello. No me canso de decir que no estés donde no puedas estar ni en sitios que no puedas mantener. Ese profesional sí dedicó mucho tiempo para investigar y definir cuál era la mejor estrategia. Y su tiempo tiene valor, sobre todo, para él. Cuando una empresa no tiene en cuenta tus “directrices” de algún modo te está diciendo que tu tiempo no le importa, aunque te haya pagado por él. Para mí no todo termina en lo que me pagan por mi trabajo, me importa que tengan en cuenta lo que les he dicho que deben hacer porque le he dedicado mucho tiempo. ¡Mi tiempo!
¡Que tengáis una feliz semana!