Sinopsis Se cumplen 80 años del momento en el que Adolf Hitler asumió el puesto de Canciller de Alemania, al fallecer Hindenburg. Nunca hasta ahora se había realizado un estudio tan pormenorizado de las capacidades de liderazgo del que muchos han denominado el Atila de los tiempos modernos. ¿Cómo selecciono a sus colaboradores? ¿Cómo motivaba a sus seguidores? ¿Cómo fue diseñada la cultura de la organización nazi? ¿Cómo fue transformada Alemania? Estas y otras cuestiones son respondidas en esta obra, centrada en el analisis del management del III Reich. El lector hallará un riguroso y ágil estudio de los modos de gobernar y decidir de Hitler, con indicaciones precisas de las enseñanzas y contra enseñanzas que pueden encontrarse en el imperio nazi. Estamos ante un libro que a buen seguro moverá conciencias y ayudará a superar errores del pasado.
“El éxito es el único juez terrenal del bien y del mal.” Hitler
Prólogo En el management del III Reich el pensador español nos introduce en las complejas relaciones, circunstancias y personajes que han convertido a Adolf Hitler en uno delos protagonistas indiscutibles del siglo XX. Hitler fue un personaje con específicas habilidades directivas y un sinfín de limitaciones. Destaca, entre las primeras su capacidad de persuasión. Excelente orador, contaba con una enorme decisión y fuerza de voluntad. Transmitía seguridad, carisma y determinación ante sus interlocutores incapaces habitualmente de contradecirle mientras él les sostenía la mirada. A estas habilidades se contraponen múltiples defectos. Su capacidad de oratoria derivó hacia una acentuada tendencia al monólogo cuyos colaboradores más cercanos padecieron hasta la saciedad. Hitler era él mismo un monólogo incapaz para el dialogo. Carecía de empatía, era individualista en grado sumo e insensible a los demás. Centrado en el colectivo social como único sujeto de su mesiánico designio imperial, defendía un criminal darwinismo que legitimaría la supremacía de unos pueblos fuertes frente a los etiquetados como débiles. Vivía en un mundo propio, diseñado por él, para sí mismo y para quienes le rodeaban, que se fue alejando más y más de la realidad. Si el único criterio que valora el management de una organización es el resultado, como ocurre actualmente en muchas organizaciones, nos encontraríamos al analizar el III Reich ante una estructura bien dirigida, con un motor provisto de energía ilimitada que, por circunstancias sobrevenidas a partir de 1941, perdió el combustible o quedo gripado e inservible para avanzar. Donde antes todo eran éxitos, luego todo fueron fracasos. Lo que daba rendimiento hasta ese momento se convirtió aparentemente en una retahíla de despropósitos y mala gestión. Los buenos y eficaces gestores de los primeros años se transmutan en gestores mediocres y nefastos. Josep Jordán Figueras
“Es curioso como hombres insignificantes y de poca talla pueden tener algo que ver con asuntos de mando.” Mariscal Alan Brooke
Introducción … ¿cómo fue posible que un individuo convirtiese un país europeo en una de las mayores máquinas de matar de la historia? ¿Qué sucedió en la Alemania de Heinrich Mann, Erich Maria Remarque, Erick Kästner, Arnald Schönberg, Walter Gropius, o Marx Beckam… para que perdiera el norte de manera tan atroz? … hay innumerables directivos que en el ámbito de la política y en el de las organizaciones públicas y privadas mimetizan comportamientos de quien, por otra parte, repudian con el calificativo de cruel asesino.
Hitler nutrió la mentecata osadía de creer ciegamente en sí mismo, en sus disparatadas propuestas y, a la vez, la voluntad férrea de hacerlas realidad. Lo peor no fueron sus fantasmagorías, sino que se le ofrecieran apoyos para ponerlas en práctica. El III Reich es la conversión en el mundo real de unos bosquejos elaborados por un enfermo que dispuso de poderío para plasmar en hechos teorías enloquecidas. … ¿qué había detrás de Hitler? Una ideología compuesta por dos afluentes, reflejados en el nombre del partido que condujo al poder: el nacionalismo y el socialismo. Esas fueron las columnas basilares de su Weltanschauung de su visión del mundo. Hitler fue un nacionalista obsesivo…
“El diablo es el padre del judío. Cuando Dios creo el mundo, invento las razas: los indios, los negros, los chinos. También la maligna criatura llamada el judío.”
… las personas no importan y lo único relevante es el colectivo denominado Volk que tantas veces empleo Hitler como escudo y excusa para perpetrar execrables crímenes.
… el management en la Alemania nazi se pareció más a un sistema feudal, en el que diversos señores y/ o vasallos ambicionaban convertirse en validos de un déspota caótico, de un sátrapa caprichoso… Hitler se empeñó de forma consciente en desorganizar la estructura del Estado, de gobierno e incluso de partido con el objetivo de ampliar su autoridad y actuar como caudillo veleidoso e irracional. Lo logró.
“Cuando escucho la palabra cultura, echo mano a mi revolver.” Hans Johst
El liderazgo es la capacidad de un dirigente de lograr que los demás quieran hacer lo que tienen que hacer… es la pericia de un gobernante para generar compromiso con un proyecto.
... líder es quien llega a un grupo humano, independientemente del tamaño, lo transforma en equipo y lo traslada a un lugar mejor que aquel en el que se encontraba antes de que él llegara…
Su timbre de voz era estridente. Empleaba frases largas, reiteraba los mismos pensamientos, no destacaba por su perspicacia y con frecuencia perdía el hilo del discurso… trasladaba emoción a quienes le escuchaban, a la vez que una gran sensación de ímpetu, de exaltación y encono hacia enemigos reales o ficticios.
Hitler no permitía que nadie le llevase la contraria… “Cuando todos se muestran de acuerdo, es que alguien no está pensando.” George Patton
Su temperamento no era el más adecuado para un alto directivo. Se airaba con facilidad, se dejaba arrastrar por su propia verborrea, nunca reconocía errores, sino que los achacaba a los demás… … ni escuchaba ni deseaba aprender. Era cínico y calculador.
Si su capacidad de comunicación y el resto de habilidades directivas hubieran tenido ética -¡decencia!-, podría haber pasado a la historia no como un Genghis Khan moderno, sino como un líder… su ausencia radical de valores llevó a Alemania a provocar un cataclismo infernal que se llevó por delante la vida de 50 millones de inocentes… unos seis millones en campos de exterminio o de concentración.
“… el caudillo genial debe desarrollar la habilidad de presentar a todos sus enemigos como pertenecientes a una única categoría.”
Su afán de ser reconocido, su rencor hacia las clases dirigentes, su terror ante el vendaval bolchevique, su carencia de refugio afectivo, la ausencia de humildad para buscar asesoramiento sobre su proyecto vital y profesional, las tremendas pulsiones colectivas desatadas y l búsqueda por parte de millones de alemanes de una orientación en aquel ignominioso caos irían creando la figura de un Führer que, en otras circunstancias no hubiese pasado de ser, posiblemente, un oficial del ejército, un artista fracasado, un funcionario de aduanas…
Tanto líderes como alborotadores llegan a serlo tras superar obstáculos. Salir de la mediocridad, incluso para obrar el mal, reclama afrontar dificultades.
Los directivos de categoría seleccionan gente de primera; los de segunda procuran contar con profesionales de cuarta para parecer ellos de primera. Este axioma también sirve para los aliados.
“… no precisa demasiada inteligencia, porque la política es el negocio más tonto del mundo.” Dietrich Eckart
… Hitler, al igual que la mayor parte de los directivos, nunca admitió a nadie que le hiciera sombra. Sólo lo soportaba el tiempo imprescindible para deshacerse de él…
Hay dos modos de gobernar: uno es hacer crecer a los colaboradores para progresar junto a ellos. El segundo es aplastar a quienes acompañan para procurar de ese modo elevarse uno un poco más.
Estos fueron los principios de Goebbels para la propaganda, que tanto contribuyeron al ascenso y sostenimiento de los nazis… 1.- Principio de simplificación y del enemigo único. 2.- Principio del método de contagio. 3.- Principio de la transposición. 4.- Principio de la exageración y desfiguración. 5.- Principio de la vulgarización. 6.- Principio de orquestación. 7.- Principio de renovación. 8.- Principio de verosimilitud. 9.- Principio de silenciación. 10.- Principio de la transfusión. 11.- Principio de la humanidad.
Gobernar implica contar con una visión estrategica, además de la capacidad para poner en marcha tácticas operativas. Quien desconoce el suelo que pisa tomará decisiones equivocadas y sólo acertará por casualidad…
… el más valioso no es, para muchos dirigentes, quien más puede contribuir, sino quien más servil se muestre ante las indicaciones del patrón.
Pocas cosas articulan más a un grupo que definir un enemigo. Un adversario, que no tienen por qué ser real, es prodigioso para fomentar la unidad. Al sentirse agredidos, los individuos cierran filas incluso cuando la ideología que les ensambla no provoque entusiasmo.
“El fanatismo constituye. En realidad, la única fuerza de voluntad a la que pueden también ser conducidos los débiles y los inseguros.” Nietzsche
Se afirmaba que en el ejército alemán –y es aplicable al resto de la población- había tres tipos de personas: 1.- Los sometidos a una sumisión atontada… 2.- Los soldados del partido, ambiciosos y oportunistas. 3.- los soldados conscientes, guiados por el amor a la patria…
El lenguaje no es inocuo, crea realidad… Las retiradas nunca fueron tales, sino “rectificaciones del frente”. Las dificultades graves ante los ataques notablemente superiores de los ejércitos enemigos eran “pausas momentáneas”. El Führer fue un maestro de la manipulación del lenguaje, que nunca empleo, por ejemplo, el término “retroceder” sino el de haber establecido “un frente elástico”…
Hitler transigía con proxenetismo, robos, embriaguez o cualquier otra debilidad, pero nunca aceptaba la insubordinación. Lo relevante es que se le acatara, lo demás le traía sin cuidado.
Es preciso contar con una sesuda preparación intelectual y moral para enfrentarse a un manipulador de la talla de Hitler…
La falsedad formo parte del ADN de los nazis. La distancia entre la realidad y lo que Hitler afirmaba fue siempre inmensa. La costumbre se extendió a todos los estratos del partido y luego del país.
La verdadera naturaleza de un directivo se descubre al conocer a los subordinados por él seleccionados. Las organizaciones son lo que sus máximos dirigentes desean, y lo plasman en el tipo de mando intermedio que van delineando… Hitler era consciente de la importancia de controlar a sus vasallos y a quienes convertir en tales… La primera gran hoguera de la Alemania nazi fue la del pensamiento autónomo. Estaba radicalmente prohibido disponer de ideas propias, y mucho menos compartirlas…
… asumieron que el terror es una palanca que moviliza voluntades…
En las organizaciones, los estilos de gobierno son mimetizados en las esferas inferiores. Casi siempre, agravados… se impone la política del miedo, los mandos intermedios procuran actuar en la dirección del líder, comportarse como si el tuviera que verlo y supervisarlo todo…
Quienes han desarrollado liderazgo desean contar con personas que les digan las verdades o al menos le hagan contemplar la realidad de modo novedoso… los manipuladores aspiran a contar con quienes, a su alrededor, les alegren el oído con afirmaciones que confirmen sus teorías.
“Disfruta la guerra, la paz será terrible.”
EL MANAGEMENT DEL III REICH Javier Fernández Aguado LID editorial
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“Nuestro programa se resume en dos palabras: Adolf Hitler.”
Recibid un cordial saludo