Creo que las discusiones entre creyentes y ateos no tienen cabida, son dos grupos que no se entienden, ni si quiera yo se donde puedo estar hay momentos en que tengo fe y otras en que no creo en nada.
El tiempo me ha ido mostrando que es mucho más fácil ser ateo que creyente... no sólo porque la sensación de vacío que nos deja el estar en el incomprendido momento de la formación de la vida, y del momento en que nuestra memoria fue utilizada para recordar cosas que permitieron crear y disfrutar de más cosas que lo que la necesidad de alimentarnos nos brindaba, no nos hemos podido conformar con esa coincidencia que nos tiene anclados al planeta... Dios ha sido nuestro inexplicable mundo oscuro, en él hemos depositado lo que anhelamos, nuestros miedos y nuestras gracias.
La muerte de quienes amamos en causas trágicas, muchas veces nos comienza a rebelar contra lo que creemos que es bueno. ¿Cómo se puede permitir Dios traer la muerte?, ¿cómo podemos entender lo que el destino nos coloca en cada momento?, como entender los signos que la casualidad nos deja cosechar, son preguntas que constantemente Bergman nos deja en su frugal historia. Siempre hemos tenido el don destructor de acabar con lo bello y lo justo. Mientras los ríos fluyen intentando limpiar nuestra duda, a inundar los vacíos que nos deja esta aparente soledad, esa extraña fe, que algunos llaman corazonada que hace que las cosas tomen vida y florezcan, así la muerte deja de convertirse en la aniquilación de lo vivo y se vuelve en el cambio de idioma, en polvo que se esparce por quienes estamos aún viviendo esperando una respuesta del motivo verdadero que nos puso en este lugar que por ahora sigo disfrutando.
Saludos a todos
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Jungfrukällan en Wikipedia
4.- Primeras escenas