Muchos se han estado forrando durante décadas; muchos son los exitosos que se han valido de todo tipo de tretas y han cometido los fraudes más sofisticados para ello, mientras en los bares la gente discute sobre la necesidad de la pena de muerte o la cadena perpetua para Bretón, se enfrenta a gigantes titulares sobre los nuevos fichajes de la liga de fútbol, abre los ojos desmesuradamente con las imágenes de las cogidas de los toros en Pamplona, o se maravilla con las fotos de los famosos veraneando. Veamos cuál es la estrategia, cuál es el manual utilizado por estos artistas de la ilegalidad disfrazada, de estos campeones del chanchullo, cuando alguien les pide responsabilidades:
- Sólo lo que sucede en los medios es real, lo demás es como una manzana que cae en un bosque deshabitado. La gente no se entera del nivel de manipulación de los medios.
- Si quieres seguir en el poder, evita discutir temas importantes y enfócate en temas periféricos que puedan ser usados para criticar a otro grupo considerado como “sagrado” por algún sector de la población.
- Para conservar el chollo que ahora tienes, evita discutir temas inconvenientes, calificando toda acusación, independientemente de dónde venga, como meros rumores y especulaciones. Si puedes asocia las acusaciones con rumores de “Internet” y dí que se trata sólo de “teorías de la conspiración”.
- Si te pillan in-fraganti en tus chanchullos, utiliza la técnica de “la falacia del espantapájaros”. Encuentra un argumento en tu oponente que puedes fácilmente rebatir para hacerte ver bien a su costa. Inventa un tema que en consideración de tu oponente pueda ser fácilmente argumentado en su contra (sin poder probarse) o explota las debilidades de tu oponente llevando la discusión a sus puntos más endebles. Amplifica su importancia de tal forma que las acusaciones que se te hacen parezcan refutarse y los temas de fondo no lleguen a discutirse.
- Si encuentras algún tipo de oposición, distrae a tus oponentes etiquetándolos y ridiculizándolos con títulos como “conservadores”, “radicales”, “terroristas”, “conspiranoicos”, “racistas”, “fanáticos”, “liberales” “pervertidos sexuales”, “ateos”, “fundamentalistas”, “homofóbicos”, o cualquier cosa que se te ocurra.
- Si te acorralan en algún foro, pega y corre. En cualquier foro público haz un ataque a tu oponente (puede ser una persona o un tema) o a su posición en cierto asunto de forma que puedas retirarte sin que el oponente pueda contestar la acusación. Cospedal es una artista.
- Invoca autoridad.
Conserva tu autoridad o allégate algún tipo de autoridad o experto para presentar tu argumento con suficientes tecnicismos y jerga minuciosa para ilustrar que eres “alguien que sabe”, y sobre todo que quede muy claro quién es el que manda.- En casos extremos: hazte el tonto. No obstante la evidencia o la lógica de un argumento, evita discutir ciertos temas deslegitimándolos, invalidando toda discusión. En esto, nuestro presidente de gobierno es un experto.
- Asocia a tus oponentes con noticias viejas o acusaciones pasadas. Esto es especialmente útil antes de una discusión o un evento en el que podrías ser cuestionado. Haz que tu equipo prepare una acusación y fíltrala a los medios poco antes.
- Haz falsas confesiones. Confiesa un mal menor de manera candorosa para ganarte la simpatía de los demás como alguien que se responsabiliza de sus actos. Esto sirve como un distractor de los verdaderos temas que quieres evitar.
- Los enigmas no tienen soluciones. Llena de giros, contradicciones y detalles complejos una situación para que parezca demasiado difícil de resolver. Esto hará que la verdad se pierda entre el arsenal de desinformación o que el público pierda interés.
- Distrae al pueblo, suelta constantemente a la prensa, noticias que dirijan la atención a cosas sin importancia pero que parezcan fundamentales.
- Exige soluciones completas. Evita los asuntos nodales requiriendo que tus oponentes solucionen el asunto en cuestión completamente. Argumenta que antes de solucionarse este asunto (el cual es demasiado complejo) todo lo que se discuta son suposiciones. El caso Bárcenas es de fábula.
- Llega a conclusiones alternas moldeando los hechos. Esto requiere cierta creatividad y es básicamente una forma de alterar las piezas de un rompecabezas para que formen la figura que necesitas.
Mi más sincera admiración por estos artistas que logran engañar a las mayorías absolutas, me quito el sombrero ante estos que, aunque se les encuentre con las ropas llenas de sangre, con el cuchillo en una mano, y un millonario seguro de viudedad en la otra, sean capaces de hacernos creer que ha sido un accidente y el muerto ya estaba allí cuando ellos han llegado.