Título: El mapa y el territorio (La carte et le territoire)
Autor: Michel HouellebecqEditorial: Anagrama (septiembre, 2011)Año de publicación: 2010Páginas: 384
Precio: 21,90 euros
A falta de unos días para entrar en diciembre puedo decir ya que El mapa y el territorio de Michel Houellebecq es uno de los mejores libros que he leído este año: intenso, con giros inesperados y una maestría, que no se ve ya mucho en la literatura actual, para jugar con las palabras y con nosotros, los lectores, llevándonos de un lado a otro casi casi a ciegas, tanteando el terreno y dejándonos llevar por la historia que teje Houellebecq.
El autor recrea una biografía imaginaria (al estilo de las de Borges) de un artista que nunca existió pero que en manos de Houellebecq cobra vida, hasta tal punto que en ocasiones olvidamos su carácter imaginario y por un momento nos encontramos pensando que nos encantaría poder ver las obras de arte que nos describe y que crea el protagonista. Jed Martin, pintor, fotógrafo, vive en un pequeño piso de París donde hasta el calentador se niega a funcionar correctamente. Jed ni siquiera se considera a sí mismo un artista en el termino exacto de la palabra, de pronto se le ocurre una idea y trabaja incansablemente en ella, transcurrido un tiempo, abandona esa serie y se sume en un vacío que vuelve a llenarse cuando le llega otra oleada de inspiración. Es el caso de las enigmáticas fotografías de mapas de carreteras francesas de Michelín o la serie de oficios, óleos sobre artesanos en desaparición o personajes relevantes de la sociedad como Steve Jobs y Bill Gates o el propio Houellebecq que entra en escena como un personaje más. Porque Houellebecq no hace nada nuevo en esta novela: biografías sobre personajes que no han existido o la introducción del autor como un personaje más, pero lo hace de tal manera que renueva esas técnicas y les da un nuevo significado. Houellebecq a través de su personaje se autoflagela y llega a límites inimaginables.
La novela nos presenta una vida, un suspiro en medio de la inmensidad del tiempo, un breve interludio en el que transcurre la vida de una persona. Al final no queda nada, ha sido un instante, una vida que apenas será recordada por una biografía y unas cuantas obras, y eso en el caso de un personaje que deje poso en la vida, el resto: su padre arquitecto adicto al trabajo, su amante la rusa Olga... quedarán seguramente en el olvido. Por mucho que nos relacionemos con los demás, estamos solos en este mundo. Houellebecq nos regala un tratado sobre arte, nos habla de la eutanasia, del deseo de morir y del deseo de vivir, del paso del tiempo, de la inevitabilidad de las cosas, de un ciclo que se renueva constantemente, de pérdidas, de errores, de constantes reencuentros consigo mismo. Aunque el estilo sea fluido, las ideas son continuas, es un libro en el que se podría estar pensando tiempo y tiempo. A pesar de que en general el ritmo es ágil, de vez en cuando la lectura se espesa con descripciones pormenorizadas como por ejemplo la de la vida y reproducción de las moscas, o conversaciones detalladas sobre arquitectura o arte. Son breves momentos, de hecho, la novela nos depara una pequeña sorpresa en forma de novela dentro de la novela, una historia inesperada, en forma de novela negra, que hace que todo vaya tomando forma para llevarnos a un final donde todas las piezas encajan, oímos el clic en nuestro cerebro y todo lo leído hasta el momento cobra sentido.
El francés Michel Houellebeqc, de 55 años, se hizo con el prestigioso Premio Gongourt gracias a El mapa y el territorio. A pesar de ello, la obra ha estado envuelta en la polémica, ya que el autor reconoció que había tomado textos de la Wikipedia y los había insertado en su libro. Todo esto derivó en un debate sobre si era plagio o no que terminó con la novela colgada íntegramente en internet, ya que, al ser públicos los artículos de Wikipedia (licencia libre que dice que se pueden usar libremente pero sin lucro), su novela debía ser accesible a todo el mundo.
Las imágenes que ilustran esta entrada son del fotógrafo japonés Yasushi Okano, a quien pertenece también la imagen que ilustra la portada del libro, sus fotografías llenas de poesía, enigmáticas, melancólicas, encajan a la perfección con la novela: "El triunfo de la vegetación es absoluto". Ha sido un inmenso placer compartir esta lectura con otros compañeros blogueros, si nos habéis seguido en twitter hemos estado comentando nuestras impresiones bajo el hastag #mapayterritorio. A continuación os dejo los enlaces de los blogs de mis compañeros en esta aventura, que iré actualizando a medida que se publiquen sus reseñas, para que podáis ver qué les ha parecido a ellos El mapa y el territorio.
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