EL MAQUECH PÚRPURA y SU REMEDO DE COCHINITA PIBIL

Por Aaron Gelabert

Parecería oficio de El Quijote ponerse a criticar un restaurante que lleva años vendiendo con éxito sus esperpentos de comida y consiguiendo que mucha gente vaya y que incluso lo conceptúe como uno de los mejores en su especialidad. Pero no por algo somos herederos del idealista y loco Caballero de La Mancha. Por lo tanto, iniciaremos nuestra reseña, más que merecedora de Police Gourmet, del restaurante El Maquech Púrpura, dizque “especializado” en cochinita pibil.

Algo ha de haber pasado en algún momento, que generó que la gente comenzase a ir más a ese lugar y a constituirse en una clientela considerable; quizá en el pasado sí hacían una buena cochinita pibil. Ahora, su dichosa “cochinita pibil” es un triste remedo lejano, lejanísimo, de la verdadera cochinita yucateca, al grado de que parece más un chilorio sinaloense, que una cochinita pibil.  Independientemente del sabor paupérrimo y que poco tiene que ver con el plato original, se agrava todo con el hecho de que los dueños de este restaurante creen que la cochinita pibil consiste en un montón de carne maciza de cerdo deshebrada, medio entintada y saborizada con el achiote y algunas especias. En ningún platillo se siente más lo deficiente de su cochinita pibil, que en los tacos. El tradicional taco de cochinita que debe contener, enrollado, pequeños fragmentos de todas las diferentes partes del cerdo, incluido el higadito, con una deliciosa grasa proveniente precisamente de todas esas partes, lo convierte esta gente de El Maquech Púrpura, en una tortilla de tamaño reducido, abierta, con un tanto de carne encima. Sobre la mesa, dos recipientes con supuestas salsas “yucatecas”, para acompañar su “cochinita pibil”, que en este deficiente restaurante son: Una simple cebolla morada cortada en trocitos y una salsa muy picante, pero sin sabor.

Éste es el típico restaurante engañabobos, que nos motiva a dedicarle una de nuestras entradas con una reseña sobre el tamaño de sus deficiencias. No importa para nada que en las paredes tenga fotografías de supuestos clientes con cierta celebridad, el hecho es que uno va a comer tacos de cochinita pibil, no a ver fotos de clientes sonrientes en las paredes. Mal. Muy mal.

Quizá por estar ubicada esta taquería en una zona de muchas con buena tradición (Colonia Narvarte, Ciudad de México), consiguió ir medrando con los años hasta posicionarse, pero sus platillos son lamentables. Habría que ver sus “panuchos”, para entender lo patético de este lugar.

Si lo que quiere usted es probar una verdadera y deliciosa cochinita pibil, NO vaya a El Maquech Púrpura.

Calificación de Police Gourmet (del 1 al 10): 2

NOTA.- Mi hija y yo tenemos criterios diferentes respecto a muchas cosas, de modo que no asumo responsabilidad alguna respecto a lo que ella escriba.

COMENTARIOS DE MI HIJA, LA MENOR (es adolescente):

Yo defino al restaurante “yucateco” El Maquech Púrpura, como una Galería pobre de Fotografías. Pareciera se preocupan más por enmarcar y

Christian Bale en El Maquinista

colgar diversas fotografías de gente o “famosos” que han ido a comer a su restaurante, que por la comida que sirven. Su platillo principal -o mejor dicho- su especialidad, la cochinita pibil, tenía de cochinita pibil lo que Leo Harlem (comediante español) tiene de Christian Bale en “El Maquinista”, por lo que ya se pueden ustedes imaginar cómo estaba. Las tortillas de los

Tequesquite

tacos de “cochinita pibil” estaban más secas que el tequesquite (sal mineral).

Leo Harlem

El Maquech Púrpura, en la Col. Narvarte Oriente, en la Ciudad de México, va más allá de restaurante engañabobos. Su idea de cochinita es pintar la carne con un colorante naranja-quemado, cocinarla al estilo chilorio hasta que se seque, y ponerla sobre tortillas de maíz también secas. Cada taco (del tamaño como lo ven en las fotos) lo cobran a $20.00 pesos, pero el problema no es el tamaño, pues el precio no importaría si realmente fuera una cochinita pibil muy sabrosa.

Sus panuchos, peor que los tacos. Más chicos aun, y en forma de sopecito de mercado, con la misma plasta “pibi-lodo” que le ponen a sus tacos. Si quisiéramos gastar nuestro dinero por ver fotos, iríamos a la Galería Altiplano, en Col. Roma Norte. Por lo menos fotos mejor tomadas, veríamos.

En el centro el “panucho” de El Maquech!

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El problema es que para los dueños de este restaurante lo más importante es mostrar sus fotos de gente o “famosos” que han ido a comer ahí, y creen que por exhibir las fotos, van a hacer que a la gente -al verlas- le guste su comida.

Pues no, hay a quienes nos importa un cacahuate los que hayan ido a comer ahí!

Ah! pero eso sí, el dinero que nos cobran por semejante masacote, lo usan ellos en agrandar su restaurante, y PARA QUÉ?! Nadie sabe,  yo sólo sé que no es precisamente para mejorar la cochinita!!!!

A TOMAR POR C***!!!

Calificación (del 1 al 10):  -3 (Menos tres!)