He oído decir que, cuando el Covid-19 sea un mal sueño, proliferarán las novelas sobre el confinamiento. Tengo mis dudas, porque solemos necesitar lo contrario de lo que hemos tenido. Yo creo que los lectores buscaremos libros de viajes o historias en las que un paisaje infinito sea un protagonista más. He devorado la novela negra El último barco, de Domingo Villar, editado por Siruela.
Así que sí, he disfrutado de una buena novela negra, protagonizada por Leo Caldas, que al parecer ya cuenta con dos libros anteriores de andanzas, pero reconozco que mi imaginación se ha bebido las estampas marineras y ha deseado, tras cada página, que de nuevo apareciera el influjo de las olas del mar, el salitre, los barcos. Una lectura liberadora para días de confinamiento que, además, está disponible en el catálogo de libros electrónicos en préstamo de EBiblio, no hay excusas para no sumergirse en las aguas gallegas que rodean esta historia.